AMOR DE A, E, I, O, U.
Publicado en Jan 19, 2010
Se levanto muy temprano para ir a la escuela, se lavo los dientes y se dio un frugal baño de gato, corrio a la cocina donde estaban sus hermanos ya desayunando, tomo solamente su vaso de leche, abrio el refrigerador y busco en la ultima gaveta una pera hermosa y amarilla que tenía escondida, pero muy escondida, para evitar asi que algún Houdini la hiciera desaparecer. Aquel fruto extranjero le habia costado muy caro, tuvo que lavar dos veces el carro del vecino, recoger las hojas secas del jardín de la señora Mildred, limpiar los zapatos del italiano de la esquina, ademas de muchas tareas y oficios. Un día su madre descubrio debajo del colchon de la cama de Joseito, un sin fin de monedas, y preocupada le pregunto para que eran esos reales, el con una sonrisa en los labios le dijo que era para comprarle a la maestra una pera.
La Señorita Luisa era una de esas mujeres tan delgadas que tienden a desaparecer cuando se forman en linea con cualquier otra persona o grupo, pero eso no le importaba a Joseito, el solo miraba que aquel cuerpo era parecido a una porcelana que vio un dia en casa del párroco donde su mama trabajaba como sirvienta. Los cabellos de la Señorita Luisa eran horribles, con decir que casi no tenia, apenas unas cuantas hebras que tapaba con un ridículo sombrerito, pero para Joseito aquellos cabellos rubios y finos parecian hilos de oro. La Señorita Luisa siempre tenía una tocesita molesta, parecia tuberculosa, pero a Joseito no le importaba eso, el escuchaba en el pecho de la Señorita Maestra un ronroneo amoroso parecido a la de un gatito. La Señorita Luisa tenía una voz minuscula y chillona, pero eso no lo escuchaba Joseito, para el aquella voz era una fuente cantarina que le enseñaba sus primeras letras y amaba con dulzura aquel "a, e, i, o, u" que salia de aquellos labios finos y rosados como un botón del más bello y delicado rosal. Esa mañana corrio más que nunca queria ser el primero en llegar a la clase y entregarle a su bella maestra la pera que con tanto orgullo habia comprado. Pero el tiempo paso y paso y el aula se lleno de los compañeros, bulliciosos y malandrines que sin maestra tenían el salón patas arriba. De repente se abrió la puerta.. entro el Director del colegio junto con una mujer de aspecto temible y después de poner orden en aquel barajuste escolar, anuncio que la Maestra Luisa habia sido internada de urgencia en el Hospital el fin de semana y que no volvería integrarse a clases por motivos de salud y que desde ahora la señora Mercedes sería su nueva Maestra. Desde ese momento, la escuela ya no es la misma, ya el interes por aprender no es el mismo, sueña todas las noches con poder ir al hospital para llevarle a la querida maestra la dulce pera... Ya paso el año escolar, fueron casi diez duros meses, en espera de saber algo de la Maestra Luisa... a los tres dias de hospitalizada la Señorita Luisa murio de un terrible cancer pulmonar, la quimioterapia la habia debilitado mucho y el terrible metástasis crecio sin tregua en aquel delgado cuerpo, tan blanco y pálido como una figura de Lladró, ya no le quedaban cabellos, apenas unos poquisimos aislados que parecian quebradizas barbas doradas de maíz... y aunque el paso de grado con no muy buenas notas, sigue escuchando en silencio aquel "a, e, i, o, u" que le lleno su corazón por vez primera de amor.
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Felix Antonio Esteves Fuenmayor
MARIANO DOROLA
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
haydee
Muy buen relato y excelentemente contado.
Felicitaciones!
letra
Pero, una parte de mi alma esperanzadora, dice que siempre habrá alguien que me recuerde.Mi lucha es Hacer hombres, hogares y patria, No todo podemos verlo negro Besssssssssssssssssssssos letra