El dia que te conocí llevabas un vestido negro, te mirabas hermosa. Te encontrabas triste en la terraza de aquella casa, donde estaba la fiesta. Eras la prometida de mi amigo de la infancia. Yo regresaba de Estados Unidos y no sabía que eras la prometida de mi amigo. Sentí que existía un magnetismo entre tu y yo y me animé a decirte que me gustabas. Me digiste que por el momento no podías corresponder a nadie, que tenias que arreglar tu vida y de pronto sacaste de tu bolso una tarjeta donde tenias tu nombre y tu telefono. Todos los dias marco tu telefono. Más siempre esta ocupado. Espero que algún dia arregles tu vida y la llamada sea contestada. A los dias supe que te habias casado con mi amigo.
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Alma Andrea
Muy bueno Jesús, saludos.
Ligia
Tu amiga
Ligia
Jesus Eduardo Lopez Ortega