Penumbra exilio, cuarto vacio,
un desespero clamando un rumbo,
así eran los tiempos en otros tiempos
pulcro asesino este verso tirano.
Roma abrigaba latidos llantos,
toda la historia cabía en sus manos,
apretujando fotos al pecho,
ese era todo su injusto derecho.
Sobreviviendo al terror del fracaso,
enalteciendo el dolor del espanto,
allí va Juán atropello fecundo
contra el destierro fatal y profundo.
Late gotan desnudando empedrados,
por las victorias los hijos amados.
Tierra final se dibuja en los labios
como en un viaje soñó el ucraniano,
sin hijo estragos de dictadura
sin Paco amigo será vida dura,
sólo ternura puede la sangre
sólo bravura de aquí en adelante.
Pero el abismo temiéndole a Juán
huye perplejo, frunce al espejo su indignación
y él a su antojo vive poeta
y por mas vida sube la apuesta.
                                                   A Juán Gelman