LA CIUDAD DE LOS DIOSES
Publicado en May 01, 2009
LA CIUDAD DE LOS DIOSES
Sobre la inmensa planicie, potente y majestuosa se levantó la Ciudad de los Dioses. Sus trazos de belleza y rigor incomparables, mirando siempre a la calzada de los Muertos, proyectaron sin temor sus pirámides maravillosas contra el croquis verdeazul de las vecinas montañas. Sus plazas rebosantes albergaron un enjambre multicolor de sacerdotes y fieles que avanzaban transfigurados y abstraídos con sus cortejos rituales, desde viviendas seguras y resplandecientes hasta la gran pirámide del Sol, donde doblaban sus plegarias fervorosas, antes de proseguir su caminata procesional, con dirección a la plaza de la Luna. Pese a desconocer los laberintos del mar, brilló con un fulgor indeclinable atrayendo numerosos peregrinos que anhelaban convertirse en dioses. Difícil precisar quiénes engendraron tan brillante civilización, quiénes promovieron la expansión de la ciudad prefiriendo el duro entorno volcánico con sus ricas existencias de obsidiana. Todo indica una cultura de asombrosa perfección desde el comienzo, y nadie puede asegurar que surgiera de la nada. Sus máscaras de terracota, sugieren el cumplimiento de unos ritos con sentido alquímico, recopilados en regiones distantes y llevados al templo principal donde se yergue aún, histórica y vetusta, la gran "Serpiente Emplumada" con sus leyes esotéricas beneficiando al pueblo, sin olvidar al dios de la Lluvia de ojos saltones y mirada inquietante, penetrando abismos y apariencias más allá de la esperanza en el reseco mundo, consciente de su origen y destino celestes, ni el arcaico dios del Fuego en cuclillas soportando su brasero, o el rostro del anciano hundido en el ombligo de la tierra. Sobre la ruda planicie, potente y majestuosa se levantó la Ciudad de los Dioses, con sus fosas circulares y huesos calcinados, o limpios y dispuestos en orden no esquelético. Rostros espiritualizados observando la eternidad con ojos muy abiertos, más allá de lo visible; facciones diluidas en la esencia de lo abstracto, intemporales, definitivas y serenas, resueltas a expresar su trascendencia cósmica. El inicio, progreso y destrucción de la Ciudad de los Dioses continuarán ocultos como sueños enigmáticos. El desarrollo espléndido de la capital del Sol comenzó su descenso hacia la oscura noche enfermo y agobiado por su propia grandeza. Hoy, las ruinas tejen de piedra los recuerdos en el valle silente, mientras sus trazos, lejos del mar y de los peces, miran la calzada de los Muertos que proyectan sin temor las pirámides maravillosas contra el croquis verdeazul de las vecinas montañas.
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Benjamn Torres Uballe
Recibe un saludo cordial y afectuoso.
Benjamìn
Verano Brisas
MARIANO DOROLA
ERES IMPONENTE Y MAJESTUOSO, CUAL ARQUITECTO Y DISEÑADOR DE LA GRAN CIUDAD, CONTRATADO POR LOS DIOSES. YO LO VEO COMO UN DON DIVINO.
MI ADMIRACIÓN INTEGRA HACIA USTED. EL GRAN POETA.
Arturo Palavicini
Un fuerte abrazo.
Arturo Palavicini
nydia
CON APRECIO
nydia