A TODOS LOS NIOS DEL MUNDO
Publicado en Jan 24, 2010
Están tus manos ásperas
cual piedra sin tallar, ven mi niño, ven... dámelas, que las grietas de tu piel yo, cerrar quizá no pueda, pero mi deseo es ver libre tu alma como el viento. No tengas miedo, ven, porque es posible viajar al mundo mágico escondido tras los sueños. Aquí nada es trágico, nosotros mismos, del destino dueños seremos. Y así haremos mil cosas increíbles... Juntos abordaremos aquel barco, piratas invencibles, tan libres como el mar, un canto a las sirenas y otro a la libertad. Aullaremos a cada luna llena si guía nuestro rumbo y ya, sin enemigos... nuestro será el mundo. Viremos hacia tierra, vamos niño, pirata bucanero, allá en Hita espera un cura sin dinero, y con él libraremos una guerra. Pero niño, no llores, sangre no se derrama ni mueren los hombres, sólo peces y animales de granja: Sardinas y terneras, lubinas y corderos, salmonetes y ovejas... son nuestras hordas de fieros guerreros. Cuaresma o Don Carnal bandos son a escoger. Cuando el hambre haga mal Doña Endrina nos dará de comer. Vamos, Trotaconventos en casa nos aguarda, nos dará caramelos y una muy fresca y dulce limonada. Mas llora el Arcipreste Al vernos partir de Hita En busca del valiente Don Quijote a los campos de Castilla. Al paso Rocinante Marca el camino a seguir. Se divisa un gigante… Don Quijote ya parte a combatir. No te aflijas, mi niño, aquí no pasa nada… Las guerras son de guiños, sonrisas y tortas de mermelada. Se acerca Dulcinea, trae un dulce pastel, ¡Que Sancho no lo vea… El muy glotón se lo quiere comer! - ¡Vámonos a dormir! – Grita alto Don Quijote, - La luna va a salir… – Y en sus sueños se relame el bigote. Al saludo del Sol todos nos despedimos, nos regalan un bol con golosinas para el Lazarillo. Y nos da el ciego vino y el cura un trozo pan, cada uno ya lo dijo: “aquel que dé al pobre, al cielo irá”. Ahí viene el hidalgo, buen hombre y caballero, nos reiremos un rato con los trucos de magia del bulero. Le da un dulce besito Calixto a Melibea, el alguacil lo ha visto y les quiere tirar de las orejas. Y así mil aventuras se viven en los libros. Haremos travesuras Porque felices… han de ser los niños. Que tire la piedra el niño minero y aquel niño guerrero su fusil que con mis libros aquí les espero para así vivir batallas mil... José Cidón Periañez.
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