Juan Rulfo: La tierra del reparto
Publicado en Jan 28, 2010
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Es bien sabido que los temas planteados por la gran mayoría de los escritores son producto de situaciones que lo rodean, acordes a una época y contexto específico. Lo anterior a propósito de la lectura del cuento "Nos han dado la tierra" de Juan Rulfo.

Conozco sobre su vida y sus obras, con innumerables atributos, sin embargo a modo de simple lector llama mi atención especialmente la tierra que menciona constantemente, esa tierra que aparece en sus relatos con paisajes casi siempre tristes, opacos, detallando desde la vegetación y la fauna hasta el clima, y de manera muy particular la gente; lo que permite apreciar perfecto el escenario de la narración en su doble acepción: su entrañable lugar de origen y el lugar de cultivo que con todo y siembra era arrebatada a los campesinos que lucharon ilusionados en la Revolución con sed de justicia.

Independiente a la impecable forma y al agrado con que percibo sus narraciones quiero atreverme a hacer algunas consideraciones que bien podrían ser matices de la vida de Rulfo que junto a su capacidad de observación le permitieron, para privilegio de quienes lo leemos, retratar tan irónica como real, la muerte, soledad, tristeza, injusticia y en sí la vida de una sociedad pos-revolucionaria de México. Me refiero a todas aquellas situaciones que vivió desde que nació y resultaron decisivas en su persona: el hecho de haber nacido en Sayula (1918) y emigrar a la hacienda de Apulco en San Gabriel, Venustiano Carranza. Precisamente, de un lugar caluroso, cascajoso, cubierto de breñales, órganos y nopales a la contrastante Hacienda, aunque cercana, con los más variados, hermosos y exuberantes climas de Jalisco, propicia situación para el comparativo.

Por otro lado, la pérdida de su padre a una edad muy temprana, así como la de su madre a la edad de diez años lo condujeron a un orfanato en largos períodos de soledad y escasos momentos de reunión familiar integrada sólo por dos tíos (un militar y un sacerdote). En consecuencia su timidez evidente se encaminó hacia una entrega absoluta por sus estudios de excelencia y como profesional, en el premio Nacional de Literatura (1970); después, a la cabeza del Instituto Nacional Indigenista.

Cada aspecto, creo sin duda, influyó en la clara idea planteada en sus relatos como este caso de "Nos han dado la tierra". Aún con lo atemporal que pudiera resultar y lo supuesto de los personajes, retrata una escena cotidiana de la época que vivió el autor posterior a la Revolución Mexicana (1910) durante la persecución cristera, en un México lleno de injusticia, desencantando y confundido, gran parte de la población en extrema pobreza, minorías de ricos (latifundistas y hacendados) y malos manejos -más aún o igual que hoy- en el sistema político mexicano.

La historia trata de unos campesinos pobladores de una comunidad muy apartada, casi aislada, cuya necesidad de sobrevivir sembrando hace que emprendan una larga y agobiante caminata desde el amanecer hasta la hora que según la historia son como las cuatro de la tarde, alentados por la promesa del gobierno a través del delegado de su comunidad para hacerles entrega física de una extensión de tierra "para que la trabajasen" a sabiendas que ésta era obviamente improductiva por estar deslavada y dura, incluso, ellos mismos la perciben como "costra de tepetate" o "pellejo de vaca que se llama Llano".

Y son precisamente esas características de la tierra las que reflejan la injusticia ya que a través del delegado el gobierno pretende darles una tierra que no es como la de los latifundistas, cerca al río, propia para sembrar y hasta construir una vivienda sino todo lo contrario. Desde el momento en que se realiza la donación de la tierra es perceptible el engaño del delegado al enfatizar sobre la extensión: "son miles y miles de yuntas", habla de un "temporal" que perfectamente sabe no existe, incluso, hace patente la burla de su acto al decirles "no se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos"; peor aún, ese tal delegado no quiere siquiera oír su inconformidad con este reparto.

Todo lo anterior me lleva a distinguir que su sentir y su pensar quedó plasmado en sus obras, especialmente en la que ahora me ocupa; que ver de cerca y de manera tan imparcial los problemas producto del choque de culturas en un México explotado desde la conquista, lo movieron a tomar una postura de extrema conciencia y mexicanidad congruente con su forma de vivir, que, aunado a la contemporaneidad con otros grandes escritores y artistas que vivieron de cerca las arbitrariedades cometidas hacia el pueblo mexicano, orientó su ideología hacia un nacionalismo genuino, puesto que revelar la injusticia se aprecia necesario.
Tengo la confianza de que esas historias tan cercanas a su vida son parte de sus memorias y aunque las plasmara a modo de texto literario evidencian junto a su sentir, la imperante y triste realidad. Ello me parece doblemente valioso, dado que toca los sentimientos y las fibras más sensibles del espíritu atropellado y maltratado de los desprotegidos, a diferencia de los textos informativos de quienes redactaron una historia de México muy diferente, sobra decir que con espléndidas cifras.
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8 Comentarios 718 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Una reflexin a modo de ensayo

Palabras Clave: Juan Rulfo

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Anlisis


Derechos de Autor: D.R. Andreita*


Comentarios (8)add comment
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Alma Andrea

Un enorme gusto Verano, emocinada recibo tu felicitación.
Saludos, gracias por estar aquí.
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January 29, 2010
 

Verano Brisas

Alma Andrea: Corto pero excelente ensayo. Felicitaciones. Rulfo se lo merece y tú también. Cordialmente, Verano.
Responder
January 29, 2010
 

Alma Andrea

Gracias Carlos Daniel, por valorar la información.
Saludos.
Responder
January 29, 2010
 

Carlos Daniel Irribarren

Buena información sobre J. Rulfo
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January 29, 2010
 

Alma Andrea

Gracias Carlos,

Estoy en completo acuerdo contigo , es increíble esa vigencia. Dije en alguna ocasión que esa zona ha sido "violentada con olvido". Me alegra tu visita y ahora mismo voy a donde me invitas.

Saludo amistoso, paisano.
Responder
January 28, 2010
 

Carlos Campos Serna

Estimada Alma,
Pues si nos vamos a la sierra de Guerrero, Oaxaca, Michoacán y otras más, veremos que los libros de Juan Rulfo siguen vigentes. Si quieres, pues échale una miradita a mi texto que lo nombré ¨Sin comprender a Juan Rulfo¨.

Saludos,
Tu paisano Carlos
Responder
January 28, 2010
 

Alma Andrea

Dani, qué grato leer tus palabras afectuosas
hacia México que conoces a través del gran Rulfo.
Te saludo y envío un abrazo.
Responder
January 28, 2010
 

Daniel Florentino Lpez

Bella tu prosa!
y el recuerdo de un autor que
aquí he leído como estudiante secundario.
Pedro Páramo y el Llano en llamas
perduran en mi memoria como retrato
de un México querible, sencillo
y profundo.
Un abrazo
Daniel

Responder
January 28, 2010
 

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