LA APARICIÓN DE JOSÉ
Publicado en May 03, 2009
LA APARICIÓN DE JOSÉ
Yo andaba por el desierto junto a la playa (y esto no fue un sueño), cuando apareció María, cálida como un Sol, tierna como la brisa marina, temblorosa y lejana como una estrella. Sus ojos brillaban con un fulgor travieso repletos de inmensidad en el cielo plomizo de mis pocas esperanzas y alegrías. El mar en calma, con sus olas tranquilas besaba los extremos de su desnudez. "¡María!", grité, con la ansiedad de un adolescente extraviado, mientras ella, atónita y desconfiada, miraba los pasos inseguros de mi acercamiento como si fuese un fantasma surgido de las arenas bajo la noche embrujada, dispuesto a despojarla con manos gaseosas de su nocturna belleza. Apenas había llegado junto a su forma morena cuando escuché de su boca nutrida de imprecaciones la voz, ronca y vacía como violín sin cuerdas, que sentenciaba imponente contra mis pobres oídos: "¡Anda, tú, demonio de los demonios! ¡No soy ninguna María! ¡Yo soy el negro José!".
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GAF
Mar Sal Garca
Mar
jorge martin fontana