LA APARICIÓN DE JOSÉ
Publicado en May 03, 2009
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LA APARICIÓN DE JOSÉ
 
Yo andaba por el desierto
junto a la playa (y esto no fue un sueño),
cuando apareció María, cálida como un Sol,
tierna como la brisa marina,
temblorosa y lejana como una estrella.
 
Sus ojos brillaban con un fulgor travieso
repletos de inmensidad en el cielo plomizo
de mis pocas esperanzas y alegrías.
El mar en calma, con sus olas tranquilas
besaba los extremos de su desnudez.
 
"¡María!", grité, con la ansiedad
de un adolescente extraviado,
mientras ella, atónita y desconfiada,
miraba los pasos inseguros de mi acercamiento
como si fuese un fantasma surgido de las arenas
bajo la noche embrujada, dispuesto a despojarla
con manos gaseosas de su nocturna belleza.
 
Apenas había llegado junto a su forma morena
cuando escuché de su boca nutrida de imprecaciones
la voz, ronca y vacía como violín sin cuerdas,
que sentenciaba imponente contra mis pobres oídos:
"¡Anda, tú, demonio de los demonios!
¡No soy ninguna María! ¡Yo soy el negro José!".
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Comentarios (3)add comment
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GAF

Muy bien escrito Verano, muy bueno. Pero no puedo dejar de revelar un consejo. después del quinto whisky, tipo cuatro de la mañana, hay que abrir bien los ojos y tactar ¨sin querer¨ LAS PARTES, Las sorpresas como estas son imprevisibles y a veces irrevocables. Gracias por el texto.
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May 07, 2009
 

Mar Sal Garca

Es estupendo el contraste de la ternura, la emoción ... con el final desconcertante.
Mar
Responder
May 07, 2009
 

jorge martin fontana

Que ironìa delicada y maliciosa, pero que nos revela esa dualidad que difiere de la monogabilidad (si asì se escribe). Un texto exquisito que màs... JM
Responder
May 06, 2009
 

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