QUINCUAGESIMOSEGUNDO YO
Publicado en May 03, 2009
QUINCUAGESIMOSEGUNDO YO
Cuando la guerra entre Liliput y Blefuscu, por aquel incidente donde el heredero de la minúscula corona sufrió la amputación de un dedo al querer partir un huevo por el extremo más ancho, yo era un próspero mercader en territorio australiano. La guerra fue dura y larga, pese a los sabios consejos del gran profeta Lustrog, que afirmó con su sentencia: "Cada uno de los creyentes debe partir los huevos como mejor le plazca". Mis ganancias decrecieron de tal manera que ahora ya no me alcanzan para cubrir los impuestos, y en medio de la pobreza, sin esperanza ninguna, transporto a los refugiados en mi pequeño navío desde la diminuta Liliput hasta el triunfal Blefuscu.
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Lucas Lujn
Saludos Cordiales...
Verano Brisas
GAF