Un viejo hombre como el, testarudo y malhablado, alguna vez me contaron que desde niño soñaba con ser aviador, tan afortunado como francisco sarabia como para merecer un monumento, tan osado como howard hughes para ameritar una pelicula, tan importante para ser recordado un dia al año y que su nombre aparesciera en la señal de una esquina que anuncia alguna calle, ser recordado por sus asañas. Y helo ahí, en el descancillo de un antigüo asilo, sentado en el mismo sofa negro junto a la ventana, donde le veo cada tarde, aveces lo obserbo jugando damas chinas con otros inquilinos, nunca recibe visitas, y nuca me dio por preguntar por que, con temor de recibir a cambio de mi curiosidad una triste historia. Me parecia impresionante y triste como acaban los sueños frustados en soledad y silencio.
un domingo de casa llena (por asi decirlo), como solian ser los domingos, por que la mayoria de los ancianos recibian visitas, y para los que no, siempre teniamos preparado algo de entretenimiento. El viejo testarudo que siempre llamo mi atencion se quedo como siempre en el mismo sillon junto a la ventana, viendo hacia el jardín. Ese dia me atrevi a acercarme a el, creo que mi curisodad fue mas grande que mi miedo a la respuesta triste, entonces, solo falto un hola y una sencilla pregunta como ¿necesita algo? para que el viejo y yo entablaramos una buena conversacion, pude descubrir que era un hombre inteligente y sabio, no tenia hijos ni hermanos y su esposa habia fallecido hace ya algunos años(eso explicaba la falta de visitas a su persona)  hice que me contara sobre su sueño de ser aviador, aunque yo ya lo sabía hice como que no. Coforme iba transcurriendo la conversacion mas me deprimia el echo de que un hombre como el acabara asi, entonces le dije que era una pena que su sueño no se hiciera realidad; el viejo no respondio nada y me miro fijamente por un momento, apenas empesaba a arrepentirme de mi comentario cuando el interrumpio el silencio diciendo "si lo realice", antes de que yo debatiera su respuesta prosiguio- tengo la fortuna de haber conocido al amor de mi vida, la ame intensamente hasta que la muerte nos separo, no fui aviador, pero eso no quiere decir que no haya cumplido mi sueño, no lo deje atras, solo lo cambie por otro.
 Un par de meses despues lo unico que quedo del viejo sabio fue el sillon junto a la ventana y sus palabras, que se quedaran siempre clavadas en mi mente, como la enseñanza de un viejo feliz.