¿Qué pasa cuando nos encontramos frente a frente con nuestro destino?, será verdad que este nos atrae como un astro es atraído por la fuerza de gravedad de otro inmensamente mayor. A través del tiempo, la vida se moldea, se transforma en lo que parece ser una predestinación o un motivo existencial.
Esta es la leyenda de Ariam la mujer eterna, hija del Sol y de la Luna. Ariam fue concebida como una pequeña estrella la más hermosa del cosmos. Su luz, mágica intensidad visible desde cualquier punto del planeta, acompañaba y guiaba a los hombres hasta su destino, como un faro vigilante protegía y alumbraba su camino.
Pero la envidia y los celos de las demás estrellas comenzaron a acosarla, ¡no dejes que te miren nunca! la decían a la pequeña estrella porque no hay nadie digno de admirar tu hermosura y tu candor. Pasó el tiempo y Ariam creció, solitaria y triste pues no comprendía porque si se le había obsequiado la pureza de la luz más bella no debía destellar.
Una tarde cansada de su soledad Ariam fue la primera estrella en aparecer y decidida a observar si todo era tan malo como le habían hecho creer, bajo a la tierra como estrella fugaz hasta una pequeña playa, fue recibida por el canto del grillo y el manto sereno de la noche. Protegida por la cálida luz de su padre sol, reflejada en la cara de su madre luna comenzó a tomar forma humana.
Era una mujer verdaderamente hermosa. Un vestido de luz cubría su piel de durazno pero dejaba entrever la sensual pureza de su cuerpo, su cabello largo y azabache jugueteaba con el viento, una sonrisa blanca como perlas le adornaba el rostro, su aliento dulce y perfumado hacia florecer al más empecinado botón con un solo susurro, sus ojos encantaban con una sola mirada y podía verse a través de ellos un mágico destello de luz, era como ver el principio de la vida Era simplemente la fusión de dos mundos, un ser divino y terrenal.
¡Qué distinto es todo desde aquí! dijo Ariam después de caminar un rato. Llego a la orilla de la playa y asombrada observó el mar, se emocionaba con las olas, con la brisa del viento acariciando su rostro, con el cosquilleo que le producía la arena entre los pies y con el olor a sal marina que excitaba sus sentidos.
La impactante belleza de la mujer estrella no se podía esconder y el halo de luz que la rodeaba era tan vivo que atrapo con sus rayos la inmensidad del mar, haciendo latir de nuevo su corazón dormido, fue un largo sueño del que despertó y verla era como estar viviendo otro. Era un deleite que ambos compartían, ella tímida se acerco a platicar con el mar y esté con el rubor que le producía le salpicaba de emociones el rostro.
Cuenta la leyenda que Quedaron tan fascinados uno del otro que desde el fondo de su ser sintieron nacer el sentimiento del amor, un embrujo que alegraba sus almas, Ariam destellaba luces de color azul amanecer y El Mar le cantaba y la arrullaba con el vaivén de sus olas.
Pasaron las horas y minuto a minuto, segundo a segundo, refrendaban su amor y sanaban su dolor, para ella ya no quedaba nada de aquel triste pasado, ni el temor que sentía, ni la soledad que la recluía en los confines más alejados del universo. Para él el tiempo ya no pasaría en vano pues aquella noche el regalo que la vida le mando le hiso recordar, que no importa de cuanto atardeceres seas testigo si es un amanecer lo que te hace sentir vivo.
Y ella era su amanecer, su despertar a una vida llena da luz y la razón de que su corazón volviera a latir. Amargamente el universo reclamaría a su más preciada estrella pues esta solo podía permanecer por las noches en la tierra.
Al llegar el Alba Ella tenía que volver al cielo, pero el amor que nació entre ambos seria eterno y destrozada por tener que dejarlo se despedía del El, con la promesa de regresar todas las noches al mismo lugar que los encontró, Ariam sería como una mujer eterna y el mar no volvería a descansar hasta tenerla. Y desde entonces por las noches cuando los enamorados observan el cielo y ven caer una estrella saben que es Ariam que baja a la tierra al encuentro de su amado.
Esta es la leyenda de un amor inesperado pero fuerte, con sed de amar e iluminado
Algo fantasioso tal vez pero quien no ha sentido alguna vez estar enamorado.
Yo soy como el mar y tú como Ariam, báñame con tus rallos y yo con mis aguas.
Lléname de luz y yo reflejare hasta el más intimo rincón de tu ser. Gracias por estar con migo TE AMO MCHF