Lentamente fue atrayendo mi designio
conquistando poco a poco mi morada,
subyugando
los confines de mi piel deshabitada.
 
Con su brisa de smog siempre presente
con sus sendas al fin
tal vez cortadas,
con mi yo que se entremezcla
intermitente
en el anonimato de mil rostros
ocupados.
 
Pies que corren
agitados
Mis suspiros
anhelados.
 
Ciudad sin trinos,
rodar de asfalto
calor eleva
condensados vahos.
 
Otra esquina y mi destino
Y el tic tac del canillita
que lento marca
su condenado tiempo.