Regalos para el 14 de Febrero
Publicado en Feb 07, 2010
Una vez reclamaste por qué no te había dado un regalo el 14 de febrero,
hoy quiero darte no uno, si no varios regalos... Te regalo el dolor inmenso que sentía en mi alma cuando mi madre se moría cada día un poco más y tú no estabas cerca de mí... tan sólo porque andabas cual niño con juguete nuevo comenzando tu nueva relación; mientras yo moría junto con ella de a poco cada vez. Te regalo mi decepción porque pensaba que aún me querías, pero es que estabas tan ocupado que no tenías tiempo. Te doy todas las lágrimas que derramaba cada noche sin entender nada de lo que estaba ocurriendo. Te regalo los reclamos que me hacías tú entonces diciéndome que yo te juzgaba injustamente y resultó ser que el injusto eras tú. Todo el tiempo que yo no tenía para buscar la verdad y ahorrarme un dolor tan fuerte como el que sentí luego. Te regalo la desconfianza que tengo ahora en todos los hombres. Llévate todas tus promesas de amor oxidadas y rebuscadas. Ese patrón de relación que repites con todas las mujeres que se te cruzan en el camino, con todas haces lo mismo, ahora lo puedo ver. Te regalo por ello tu falta de originalidad. Te regalo mi tristeza por creer que eran ciertas tus palabras dulces y amorosas. Te devuelvo la gran mentira que de ilusa creí de que eras el último hombre fiel que quedaba sobre la faz de la tierra. Te regalo la fidelidad por la que tanto discutías y que mostrabas como bandera y resultaste tan infiel como cualquier otro, no eras mejor que ninguno. Te regalo la exclusividad que gritabas merecer, pero que no practicabas. La moral que decías tener, pero que no conoces. Mi satisfacción rota por todos los regalos que te di tan solo para hacerte feliz y tú sólo te aprovechabas de mi, creyendo merecerlo todo porque sí. Te regalo mis deseos rotos de darle un poco de felicidad a quien solo quería vengarse de mi. Te doy las puertas abiertas que te brindó mi familia y que ahora se convierten en un estruendoso portazo en tus narices porque a todos los decepcionaste como a mi. Te regalo todas las mentiras que venían después de un "Te quiero mucho"... La falsedad de tus besos porque ahora niegas que te gustaban, La lastima y la compasión por la que me dijiste que andabas conmigo tan solo para clavarme un puñal en la espalda y seguir causándome dolor. Tu descaro y bajeza al cobrarme con dinero algo que se supone hiciste de puro amor y solidaridad y que te llenaste la boca comentando porque me habías ayudado. Te regalo tu falta de delicadeza al entregar y regalar lo que con tanto amor antes te fue dado. Tu hipocresía con mi familia. Tus poses de niño bueno y desprendido que no eran más que burda actuación. Te regalo las estocadas certeras que me diste en el centro de mi corazón al utilizarme y aprovecharte de mi. Tu falta de decisión y de determinación en la vida. Tu falta de seriedad y tu miedo interminable, tus malos deseos y tus maldiciones. Te regalo todo el rencor y orgullo que destruyó esta relación y que tú nunca fuiste capaz de superar, pero que fingías solo para molestar. La confianza que tuve en ti hasta el último día que conversamos. Te regalo mi decisión de acabar con esto porque ya habías llegado al extremo del abuso y de la falta de respeto hacia mi. Todo el odio que ahora sientes por mí, porque yo si fui capaz de hacer lo que nunca hiciste tú. Tu terror de enfrentar, de asumir, de tomar una decisión. Te regalo especialmente tu traición, aunque tú de absurdo piensas que el traicionado fuiste tú porque yo mostré tu verdad. Llévate el papel de víctima que siempre te gusto tanto asumir. La manipulación que ejercías desde tu eterna representación del mártir sufrido. Te regalo todas las mentiras que descubrimos ella y yo sorprendidas de tu capacidad de imaginación. El malestar y las noches en vela pensando en cada una de esas mentiras. Te regalo la buena idea que tuviste de que pasara todo esto en Navidad y así brindarme la peor Navidad de mi vida. Te regalo el hecho que me enseñaras a sentir mucha rabia y rencor como antes nunca lo sentí. Mi enorme decepción porque quien yo jamás creí ha sido quien más daño y dolor me ha causado en la vida. Te regalo los días hermosos que perdí contigo creyendo en un amor que nunca existió. Todas las oraciones que hice a Dios pidiéndole que salvara este amor, pero ahora comprendo porque no me complació, porque ni Dios podía salvar una mentira que nunca existió.
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