Senderos patagnicos. Poema de Alberto Carranza Fontanini
Publicado en Feb 09, 2010
En el ámbito abierto a los encontrados
vientos y a la arena en suspenso, el aire mira hacia abajo y su innata curiosidad lo desciende sin premura. Lentamente nubes cíclopeas se han sobrepuesto y dispersan por doquier, Los raros y extraños capullos arbolados, enfundan montañas de mil formas, incesantes, imprevistas se transforman en huecos ferrosos,en verdes extraños en aplanados salitres ahondándose en superpuestas placas de color cementado. De ese cielo poblado por cúmulos nubosos, de ese azul como nunca quieto, inmóvil como nunca quieto, como nunca manso, extraigo mi paz porque nadie lo habita. Nada es más que el asentado silencio, nadie puebla esos sutuosos parajes inmensos y sin embargo pletórico pues allí hay vida. Un Ejercito inaudito acompaña el insinuado paso sinuoso con sus alas mansas quebradas, y sobre el Macadam de lejanos espejismos, de adorado estío,se adhiere el ejercito rugiente, voraces motores hacia el Sur,hacia el este hacia el Oeste circulan en todas direcciones ¿pero acaso eso interesa? No, pues de repente se rezagan y aventuran una inmolación que los deshaga porque al final impone su movilidad la más pura soledad imantada.
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