En el silencio astral
de tu mirada...
sentí el fuego azul
que brota de tu alma.
En la rosa carnesí
que nacio en tu cara
sentí el fuego azul
en los besos que me dabas.
En tu corazón florido
que vivia en tu pecho
sentí el fuego azul
en tu brazos, en tu lecho.
Jesus Eduardo Lopez Ortega
Aida