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Publicado en Feb 12, 2010
un hogar, ocho cuartos, cinco mundos particulares, mil satélites que vigilan desde la barrera el continuo devenir de lo que en algún momento puede llamarse vida, las mil y un esperanzas plasmadas en el baúl de la conciencia, cien recuerdos de los años de luz que dejó la santidad de la infancia, los amigos que renombrados en el costal de la memoria, dieron la pauta de lo que hoy agobia el consumismo vital, la ilusión que brotó de una extraña sonrisa y que hoy se hace llamar amor, el sentido de la blanca mentira buscada en la pasión de sentir, una cena absurda que se comparte aún sin gusto, el deseo de saciar la soledad y un cigarro que se prende para elevar con su perturbante aroma las malas pasadas del existir, aún sin tener en cuenta que es el destino quien baraja las cartas, pero para nuestra gracia somos nosotros mismos los que tenemos el exitante placer de jugarlas...
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Rodal
Saludos