Mi vida apesta.
Publicado en Jan 08, 2009
Mi vida apesta.
Mi vida apesta- fue la primera frase que dije esa semana en que Francisco me propuso que nos casáramos. No pude mentirle. No pude decirle que sí. Inventé cualquier excusa de mierda que de seguro se la creyó el muy estúpido. Porque sí, ha sido un estúpido desde que lo conocí. La Teresa, mi prima, me lo presentó. Fue ella, lo tengo más que claro, la que me cagó la vida, bueno y además mi papa que lo encontró "un hombre responsable y cálido" ¡pura mierda! Eso no es amor. Creyeron que siendo él así me iba hacer feliz y aquí estoy. Hace tiempo que ya no pasa nada con él. Nada de sexo, o como él lo llama "hacer el amor" ¡Que mierda sabe él de eso! Seguramente su mamita se lo enseñó a hacer, por eso me tiene así de feliz. Me ruega que lo hagamos todas las semanas con su puto argumento de que "el amor hay que alimentarlo", webada más estúpida en mi vida había oído. 1º. ¿Alimentar de qué?- si está claro que "eso" no le alcanza para alimentar y 2º ¿Alimentar qué?- si amor entre nosotros no hay, solo que él no lo sabe. Nunca lo he amado. Solo le tengo lastima. Siempre fue un perno, un weon que no salva a nadie. Por suerte no tenemos hijos. En realidad íbamos a tenerlo pero lo perdí... Dios sabe por qué hace las cosas ¿o no? En la pega conocí a Daniela. Muy buena amiga, muy buena... nos hicimos intimas. Me contaba todo y yo a ella igual. Nunca me presento a sus parejas, lo que me sonaba raro. Ella conoció a Francisco y a los minutos de conocerlo pensó igual que yo: era un perno. Al tiempo comencé a pensar demasiado en ella. Me sentía rara. Me daba miedo admitirlo, pero la necesitaba más que como amiga. Fue ella la que se comió los prejuicios y se confesó. Me amaba. Cuando me lo dijo cagé, no lo creí. Pensaba que era yo la pervertida que me imaginaba con ella... pero no... en realidad de cierto modo me libere y le dije que la quería. No pude decirle que la amaba, porque me cuesta distinguir la diferencia entre esos dos "conceptos". Sin embargo hoy no, hoy estoy a su lado, de su mano, huyendo de este puto lugar, lejos de Francisco. Seguramente el weon piense que fui de shopping, no me sorprendería, es así. Lo que a él sorprenderá va a ser cuando le envía las invitaciones de mi matrimonio con Daniela, quizás hasta quiera ser nuestro padrino, pobre....
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Pablo Andres