Balada de los sueos tristes.
Publicado en Feb 16, 2010
Sueños tristes de hombres necios
que ponen a los amores precios como mercaderes de carne. Tienen hambre y no sienten ningún aprecio pues compran cualquier alambre creyendo que son muy recios. Los alambres por las noches se rompen en los silencios y sólo queda el derroche del dinero y los desprecios. Para saber qué es amar es necesario el arpegio de un violín en altamar o un piano bien regio. Sueños tristes de hombres necios que ponen a los amores precios como mercaderes de carne. Tienen hambre y no sienten ningún aprecio pues compran cualquier alambre creyendo que son muy recios. Las noches donde ellos aman son horas perdidas de tiempo pues cuando llegan las albas no tienen ningún aliento y van penando sus almas por el duro y seco desierto. Para saber qué es amar se necesita vivir un sueño que no sea moneda falsa sino moneda con sello noble en la mano diestra y firme en el brazo izquierdo. Sueños tristes de hombres necios que ponen a los amores precios como mercaderes de carne. Tienen hambre y no sienten ningún aprecio pues compran cualquier alambre creyendo que son muy recios. Y quien bien lea bien entienda lo que dicen estos versos que no se compra en las tiendas a los verdaderos besos que Dios creó en la Tierra y ellos confunden cual presos de la codiciosa contienda de perderse por unos huesos tan faltos de vida tierna que sólo son un pellejo sobre unas falsas piernas que no merecen esfuerzos. Sueños tristes de hombres necios que ponen a los amores precios como mercaderes de carne. Tienen hambre y no sienten nigún aprecio pues compran cualquier alambre creyendo que son muy recios. Esos alambres se doblan cuando suena en el tiempo la hora de la Verdad y les entra de pronto miedo... miedo de ser ignorantes de lo que es verdadero. Y yo, que soloy soy un orero, lleno mi alma errante de oro puro, virgen, sincero, y sigo siendo un caminante con este mi amor certero. Sueños tristes de hombres necios que ponen a los amores precios como mercaderes de carne. Tienen hambre y no sienten ningún aprecio pues siempre compran alambres creyendo que son muy recios. Y si estuviera Cervantes junto a mi lado leyendo diría "es como los de antes; como los que yo entiendo que son soñadores andantes en esta vida viviendo". Y El Quijote añadiría "tan cuerdo como presiento que fui yo en esta historia que es la vida con sentimiento". Sueños tristes de hombres necios que ponen a los amores precios como mercaderes de carne. Tienen hambre y no sienten ningún aprecio pues compran cualquier alambre creyendo que son muy recios.
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