Encontré un vacío espeluznante
Entre un idilio y un perverso.
Conservé la nada del momento
Y me interné en lo oscuro del abismo.
Vaya usted a imaginarse
Todo lo que se puede encontrar en un vacío.
Desde sillas y camastros hasta almas en pena.
Quise sumergirme y nadar entre harapos,
Me desuní del tedioso humano
Y estuve en paz con mis locuras,
Porque ahora sólo eran
Secuaces a mi deriva.
El orificio se tornó blancuzco
Y mi mente trafagueó
Sin encontrar lo que buscaba.
Quizá me interné en el vacío
Para encontrar una luna,
Una estrella, un peñasco.
Pero entre tanto sol,
Entre tanta nube
No vi ni una sola noche.
Y me desilusioné de la nada
Y sus entes.
Ahora estoy en busca de esa luna,
De esa estrella de ese peñasco.
Pero no de cualquiera,
Sino de aquella que esté en un vacío espeluznante.
Negro y abismante.
Y por favor señores
Si notan que aparece una masa blancuzca.
No me lo digan
                   Cuando despierte.