La conversación
Hola estimado buen lector, ¿Cómo le va?, si, si, a usted le pregunto, ¿quiere conversar conmigo?, ¿Que no estoy?, no, se dará cuenta que estoy y que podemos conversar. Ahora dígame, ¿Cómo le va?, ya, de acuerdo, pero, más allá de bien o mal, o sea, cómo se ha sentido, si, me refiero a sus emociones. ¿Se da cuenta que estamos empezando a conversar?, si, sus emociones. Por ahí vamos mejor. ¿Se ha dado cuenta lo poco que registramos nuestras emociones? Vivimos tan poco en nosotros mismos. Si, vivimos muy poco en nuestra esencia. Dígame, ¿ha reído hoy? Claro, lo suponía, pero ¿se da cuenta que me lo dice, porque se lo pregunto?, es de esas cosas que no contamos, es como si no nos ocurriera ah?
¿A dónde va? Al trabajo, a pasarlo bien, ¿qué? ¿Por qué dice eso? En el trabajo se puede pasarlo bien, ¿se da cuenta que vivimos en otra, no en nosotros mismos?
Mucha chicharra mental, eso nos tiene locos y culpamos a los demás. Tenemos todos los recursos para vivir felices, es cosa de usarlos. Si, de acuerdo, hay problemas, hay carencias, hay desencuentros, pero fíjese que esa es una nómina, y es mucho más larga, de cosas que están fuera de nosotros.
Pero en fin, ah! ¿Cómo está la familia? Qué bueno, sí, claro, no faltan los problemitas, como usted dice, pero es súper importante luchar. No sé si hoy más que  antes, qué más da establecerlo, la cuestión es que cuesta dar la pelea, en algunos casos más que en otros, eso es cierto, pero yo creo, no sé usted, que cuando uno mira hacia delante, así como empinándose para ver más, es menos probable que extravíe sus pasos.
Bueno amigo, no tiene más tiempo, eso es una realidad, hasta la próxima, si quiere conversar en una próxima vez y no me encuentra, converse con cualquier persona, siempre le quedará una sensación agradable. ¡Hasta pronto, que le vaya bien!