Beso tu boca con vehemencia.
Aunque seas pedante y mañosa
y que todo se rinde ante tu pedestal
rehago el escozor en tus labios
y te hago latir en altibajos.
Aunque me creas simple espectador
a la que todo debo agradecer
no puedes rehuír a mis abrazos
ni despreciar mis besos incandescentes.
No puedes debatir con tu corazón
arrojarte en mi pecho haciendo desbarajustes.
Somos repliegues en un callejón
donde la luna se ha anclado en sus aguas.