El Fraude (REAL)
Publicado en Mar 15, 2010
La mujer, mayor pero muy vital, se movilizaba ayudada por un trípode con el que se desplazaba por la planta baja, de su hogar, dispuesta por ella misma, limpia y confortable. Hacía un mes, unos obreros bolivianos, terminaron de renovar dos dormitorios con sus respectivos baños, en la planta alta, a la que ella, por su incapacidad manifiesta, no podía acceder. Ese día esperaba, ansiosa, la llegada de sus dos nietos, provenientes del interior, a quienes estaban destinadas las nuevas instalaciones y que ocuparían en los próximos seis años, mientras durara la carrera universitaria.
La estridencia del timbre, la llevó hacia la puerta principal. Los muchachos, abrazaron a la abuela que correspondió con igual efusividad. Pasaron al desayunador donde una mesa con especialidades, les ofrecía una apetitosa bienvenida. Satisfechos, la señora los invitó a subir el equipaje para que se ubicaran en el lugar que les estaba destinado. Esperó, orgullosa, que bajaran para escuchar sus comentarios. Había invertido sus ahorros para brindar a sus nietos la comodidad y el confort que merecían por el buen desempeño escolar. No tardaron en bajar. Sus caras, no eran reflejo de lo que ella esperaba, sino de total contrariedad. - ¡Abuela, creímos que el piso ya estaba habitable! - Mañana vendrán del service a colocar el AA.¡ Es lo único que falta! - ¡No abuela. Arriba es un desastre! ¡ Las paredes picadas, los baños, desarmados, todo el material y los cerámicos sin desembalar!. La mujer palideció presa de un terrible malestar. Los inescrupulosos de siempre, cometieron otra canallada, aprovechando la credibilidad y la indefensión de una discapacitada.
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Alfonso Z P
defraudaron a los nietos que venían con la ilusión de encontrar unas bonitas
habitaciones. Pero eso pasa a menudo, la maldad no da cuartel y cuando alguien
se descuida, tiende sus garras, pero aquí el pecado es doble, por tratarse de una
discapacitada. Bueno y estrellas.
Besos: Alfonso