Ir por Lana....
Publicado en Mar 15, 2010
Ahora estaba dispuesto a concluir la relación.
Su mujer, lo sospechaba por algo que él descuidó. Para no complicar más, la difícil situación, salió de sus oficinas con gran determinación. En el auto, masticaba las posibles implicancias. Los reproches, los lamentos, alguna que otra amenaza…. Barajaba argumentos para poder refutarlas. Reconoció “algo” de culpa. Despertó en Leona, un amor, que a esta altura del partido, de sus manos escapó. El, para ella, era su vida, la razón de su existir, Nada de lo que dijera, de él, la haría desistir. Iba a ser dura, la puja. Tan enamorada estaba que dijo, se iba a tatuar, su nombre, sobre una nalga con un corazón herido por una flecha plateada. ¡Y cómo lo extrañaría, si apenas él la llamaba, ella ya estaba dispuesta, para lo que se le antojara! Mascullando reflexiones, hasta la casa llegó de la amante, condenada, a perder su condición. Mientras aparcaba, atento, vió a Leona, que abrazó a un señor, que la esperaba frente a un lujoso auto sport. Juntos subieron, al coche, que entre muchos, se perdió. Se quedó como atontado, no lo podía creer. Comprendió cuánto la amaba. ¿Qué le pasó a esta mujer? Unas lágrimas, amargas, no podía contener. Arrastrando su desgracia, se metió al bar de la esquina. Se mandó cuatro fernets, tres whiskys, varios tequilas… y tambaleando se fue... sin saber para dónde iba.
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Alfonso Z P
Bueno tu relato, bien llevado y como siempre, al final, lo inesperado, Esas cosas pasan
por la ingenuidad de nosotros, por confiar en la buena fe y creer todo lo que nos dicen.
¡Es que no aprendemos!
Besos: Alfonso