Te habita el otoño con su lenguaje,
llanto en las hojas,
cartas que parten a deambular
por el follaje de un continente.
El año arranca y otro paisaje
lucha y devora,
pasiones, viajes y un expediente
que se demora,
un ajetreo que explota el pulso
de la ciudad.
La sangre llora.
La boca escupe.
La mugre avanza en radiografías.
Desesperanza.
Alguien confiesa otra alternancia,
apelación a las loterias,
proa al futuro
o al carnaval de la desdicha.
Llaves rutinas de la alegría
o la sequía del pensamiento.
Raíces, nexos, biografías
y el paradero de una poesía
quizas dormida o en travesía
hacia el destierro.