En medio de la guerra por el Shogunado el único jardín que permanecía impasible era el jardín de Choko-san, sus cerezos y melocotoneros daban hermosos flores y frutos, su arena siempre era rastrillada con paciencia, la tranquilidad y la serena belleza de todo su conjunto era motivo de peregrinación en todo el convulsionado país del sol naciente. Choko era el nombre que con cariño le habían puesto la gente del pueblo a la niña y que significa niña mariposa, porque era eso lo que parecía cuando con extremo amor y dedicación arreglaba su hermoso jardín. Aquel ferviente cuidado que le profesaba la niña a su vergel era por una promesa a su padre samurai que había ido a pelear en la guerra en compañía de su señor feudal. Pero la guerra termino y su padre murió en manos del enemigo y ahora nuevo Shogun. Pero ella como delicada mariposa seguía cuidando su jardín en honor a la muerte de su padre.
 
Un día llegó a oídos del Shogun las noticias de un hermoso jardín que superaba a los jardines del Palacio de las Mil lunas y Mil soles, donde habitaba el cruel Shogun, este intrigado por los comentarios mando a llamar a la niña que ya era una hermosa muchacha, pero ChoKo-san se negó porque sabía que el viaje hasta el palacio imperial tardaría mucho tiempo pues quedaba a mucha distancia y nadie estaba preparado para seguir cuidando su jardín. El Shogun enfurecido mando a un samurai con sus fieles soldados para buscar a la muchacha, pero esta se negó rotundamente a obedecer las ordenes del emisario del Shogun y se enfrento en dura lucha con todos los soldados, pero eran demasiados y cuando la tenían rodeada en pleno jardín ella con la valentía de la hija de un samurai se practico un Harakiri. El samurai sorprendido por el orgullo y valentía de la hermosa muchacha tomo el cuerpo y lo envolvió en reluciente seda y se lo llevo al Shogun como lo había prometido.
 
Cuando llegó el samurai al palacio le entrego el cuerpo de la muchacha al Shogun que estaba reunido con todos sus fieles ministros y demás miembros de la corte, este soberbiamente les dijo a todos que si no le obedecían pagarían con sangre y muerte como había hecho con la muchacha, pero el samurai explico que aquella muchacha había luchado con furia y valor y que honorablemente murió haciéndose el harakiri, el Shogun entonces embravecido, de un tirón jalo la seda que llevaba el cuerpo de Choko-san y salieron volando de la seda cientos de miles de mariposas que revolotearon sobre el Shogun arrojándole sus microscópicas escamas coloridas en los ojos dejándolo ciego para después volar a su jardín de origen: El Jardín de Choko-sama-san, que desde ese mismo día se convirtió en un templo Sintoísta.