DIAS DE COMPLICIDAD
Publicado en Mar 23, 2010
DIAS DE COMPLICIDAD
Eran días campestres, de un sol radiante. Una vegetación imponente, un clima cálido que casi hacia brotar el alma. Con mis 10 años, viajamos a un lugar de mi tierra; donde habían aguas termales. Los más jóvenes íbamos provistos de música, carcajadas y la alegría de la juventud. Los mayores disfrutaban el camino y conversar y conversar. El viento hacía lo suyo, con nuestros cabellos; al desplazarse el vehículo. Todos teníamos ansías de llegar. Y después de varios kilómetros estuvimos allí. En ambos lados, el andar era de tierra. El clima se hizo menos soberbio y nos proporcionó mayor frescor. Caminamos una vereda, toda llena de árboles. Entre los que sobresalían, un árbol pequeñito pero con un gran racimo de cambures verdes. En seguida fue la tentación de mi madre, quien en un guiño cómplice, observó a una prima. Más allá, se ponían de acuerdo y una tía de más edad y creencia religiosa, les señaló ____Mijas, eso no es suyo. Claro que es tentador, pero Dios las ve. Ellas escucharon y siguieron tranquilas, pero sabían que tenían un plan. Llegamos a un paraíso perdido de aguas cristalinas irrepetibles y el verdor estaba en todo nuestro alrededor. Mi padre, hacía proezas saltando de una peña a otra, sin camisa. Se sentía el olor a azufre. Definitivamente, no he visto de nuevo ese lugar. Pero está en una parte de mi alma. Papá escuchó el breve, susurrar de las mujeres y se acercó. Luego, yo supe que él había buscado una pequeña navaja y con la ayuda de mi madre, junto con su prima se atesoraron del buen racimo de cambures. Habían alejado un poco a la tía, entreteniéndola con la buena conversación de mi abuela, hacia el otro extremo. Ellos nos llamaron rápidamente y subimos al vehículo, ya la fuente del pecado estaba entre nosotros. La tía lanzaba cruces y padrenuestros a doquier. Se sentía indignada, herida en su amor propio, todo lleno de religiosidad. Perturbada, quiso desvanecer la contrariedad y se colocó a observar el camino. Transcurrieron como 10 minutos, fueron breves momentos de pensar y reflexionar, después vio el gran racimo y a sus sobrinas llenas de picardía. Pero de un sopetón, les dijo ________ mijas pero a mí por lo menos, me toca 3 manitos. En ese momento, todos soltamos la risa; por el cambio brusco de mi tía. Pero cada vez que lo rememoro, me queda la añoranza y el pensar que vivir es un poco reír y saber llorar. A AQUELLOS TIEMPOS DE VERDOR
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rosario
Alfonso Z P
Muy buen relato, además de lo ameno.
Abrazos: Alfonso