CUANDO EL ALMA GOLPEA HASTA MORIR
Publicado en Mar 26, 2010
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El hospital estaba casi a reventar. Los pasillos congestionados, el calor insoportable. El ambiente se crispaba con el llanto de niños, quejidos dolorosos y  voces inconformes que solicitaban, que rogaban, por ser atendidos. Era uno de esos ciclos del tiempo, donde proliferan las enfermedades, los accidentes se multiplican y los dispensarios médicos se atiborran de muchedumbre en busca de curación. El reloj en la sala de espera marcaba la 1:00 pm, el personal se preparaba para el cambio de guardia. En ese breve espacio del tiempo, acallaban los pacientes  enmudeciendo el murmullo de voces. Como por arte de magia, los sonidos del silencio llenaban de ruidos la estancia: los pasos, el chasquido de las puertas, el zumbido del motor, el graznido de los pájaros, el viento que sopla en la ventana.  Transcurrían los segundos relativamente a pasos lentos, mientras ellos con ojos agudizaos, estáticos, y envueltos en el mutismo de sus emociones, observaban el intercambio de besos y abrazos entre algunos, al tanto que veían a otros marchar a pasos huidizos, rápidos, buscando la salida. Muchos segundos después alguien rompía el sigilo "ayayay este dolor me esta matando" y el murmullo de voces retomaba los pasillos amordazando los sonidos del silencio.
          Entrecruzándose con pacientes y el personal de salud, la enfermera Roraima se desplazaba lentamente hacia el consultorio 2:4 del segundo piso. Caminaba de manera robotizada, podía percibirse que su alma estaba en otro sitio, y que solamente el cuerpo y la mente acompañaban aquella imagen de carne y hueso a realizar el trabajo, de manera rutinaria.
_ ¡viste como esta! Dijo lucia.
_ Si vale, ya no es la misma. Desde que el negro y ella se separaron, el aura le cambio totalmente, ya no sonríe como ayer. Solo hace su trabajo, de manera impecable, como siempre. Pero se le ve mal.
_Siento pena por ella - manifestó María del Carmen- por que siendo una buena mujer y excelente trabajadora ¡demasiado profesional! diría yo para el mugroso sueldo que percibe, ¡y de ñapa! este pasando por estas cosas.
_Pero así es la vida, y esto no lo cambia nadie. Ni papa dios; por que a sabiendas que teníamos algo torcido, que tiraba a la locura, decreto el libre albedrio. Y desde que el mundo es mundo, no quedo más remedio que echarles la culpa a otros, de nuestros errores y pecados, hasta el día que la que lleva y no trae nos pase la factura.
_ ¿la que lleva y no trae, que es eso?
_ ¡hay mija bien queda! La muerte, la pelona, la palca, la puro hueso, la guadaña....y pare usted de contar.
_ ¡aaahh!  ¡Así si nos entendemos!
_ Te voy a ser sincera, yo no se que haría si mi gordo, me deja. Fíjate, que lo engorde como un cochino y le he formado tremendos zaperocos. Y todavía conserva su imagen de picaflor, y parrandero. Para algunas personas es como un don que tienen y de quitárselo  se mueren. Mi mama me dijo que lo dejara tranquilo y que amarrara mis celos por que me llevaban al fracaso.
_ ¿Y tu crees que ya se domestico, se santifico? ¿Y la felicidad?
_ ¡Un momento poco a poco que esto no es un rosario!
_ ja ja ja ja, sonrió a carcajadas María del carmen
_En primer lugar ninguna de las dos cosas, ni tampoco lo contrario. En cuanto a la felicidad: nuestros momentos alegres son mucho mayor que los tristes. Una simple ecuación matemática de primaria.
_ Retomando lo de Roraima, me preocupa que vayan más de tres meses y cada día es peor su situación. Se le nota más vacía, es como si estuviera esperando la muerte.
_ ¡zape mujer! tú como que eres pájaro de mal agüero.
_ No madre, no me mal interpretes, tu sabes que ella es un ejemplo a seguir por su entrega, por su calidad de persona. Todos queremos que se recupere y vuelva a su vida normal, pero la realidad es que perdió el deseo de vivir y eso lo refleja.
_Es verdad, pero no quiero pensar en eso, me asusta la idea de amar de esa manera. Yo le tengo miedo a la muerte, y pretender buscarla o esperarla seria el colmo de mis colmos.
_ Yo también soy muy cobarde con eso de la muerte, aunque para algunos es algo muy normal y necesario.
          María del carmen la secretaria, se refería al Doctor Joaquín quien parafraseaba la mente humana como un ordenador de última generación, un mundo virtual donde el operador era el destino, o el azar. Y este titiritero invisible nos llevaba a estados de transición entre el caos y el orden. Sus argumentos se basaban en películas como Matrix y piso trece. Para él nuestra mente inventaba día a día nuevos programas, basados en la experiencia, y los que tenían la capacidad de rediseñar esos programas con mayor rapidez, eran los que tenían mayor probabilidad de sobrevivir a los infortunios de este mundo. En los casos de riesgos y accidentes, estas personas podían hacerle una verónica a la muerte, en los trágicos días donde la puro hueso disfrazada de toro de casta, los enfrentaba con sus pitones puntiagudos, y después de sortearla con pases de antología y acrobáticas entradas, se resguardaban detrás del burladero, dando gracias a dios, mientras la muerte bufaba clavando los pitones entre las tablas.
 Algo parecido ocurría con las enfermedades tradicionales, donde las sicosomáticas eran las de mayor importancia. Por que según él, la gente se mataba solita. En sus reflexiones apuntaba que los infortunios del alma, no eran más que Emovirus, término empleado para identificar un conjunto de síntomas emocionales que pululaban el organismo, atacando y destruyendo según su naturaleza. Día a día amenazaban nuestro biosistema, que se debilitaba al estar la mente unida en redes emocionales, por lo cual era fácil contaminarse con los Emovirus. Juraba y perjuraba que muchas personas pululaban a las otras con su basura interna cargada de microbios emocionales, patógenos, para tan solo envolverlas en sus temores y bajezas, y detener el crecimiento que sustentaba hasta encontrase con aquella mala sombra. El miedo era el de mayor potencia y con consecuencias devastadoras.  Tan así que lo prolongaban hasta más allá de la muerte. La depresión era otro de los potenciales Emovirus que socavaban el estado de gracia y deseo de vivir,  hasta hundir al sicosomático hasta el fondo de la sepultura. Muchas veces aseguraba que la gente le tenia mas miedo al día después de la muerte, que a la puro hueso misma.
Siempre finalizaba sus tertulias del mediodía, diciendo que somos como un programa de computadora, y que el morir: es como borrarnos de la papelera de reciclaje y la mente y el alma se desintegran en millones de partículas desapareciendo para siempre y que el juicio final es para los vivos. Para él estaba claro que todo esto es un invento de los religiosos y los que buscan el poder absoluto, para sacar provecho de nuestra incapacidad de rediseñar los viejos programas ya obsoletos, herencia ancestral, guardados como arquetipos en el océano profundo de nuestra mente. Sellaba sus disertaciones diciendo "amigos, el apocalipsis no es el fin de la vida, es el fin de un ciclo. Debemos prepararnos mentalmente para enfrentar las adversidades que como virus atacaran nuestra psiquis, llevándonos a la locura colectiva de la mano del miedo y el temor.  Señores como dijo el maestro Samuel Robinson ¡inventamos o herramos! Apliquemos la reingeniería del pensamiento, antes que sea tarde."
          Los minutos transcurrían y las mujeres continuaban con su dialogo, influenciadas por la desdicha que perseguía a su compañera de labores. De alguna manera u otra todo el personal estaba tocado por su infelicidad. Existía una red emocional, como decía el doctor, entorno a la desventura de Roraima, que contagiaba exponencialmente al personal del hospital. Gladys y María del carmen por estar cerca de ella, reflejaban miedo y preocupación en su conversación. Las disertaciones del Doctor Joaquín se acercaban mucho a la verdad, excepto  cuando decía que   al morir nuestra alma se desintegraba en millones de partículas desapareciendo para siempre. Las nuevas tecnologías demostraban que los archivos borrados de la papelera no se desintegraban, al contrario permanecían comprimidos en un lugar del disco duro   pudiendo ser restaurados de allí. Algo así como el seol; lugar donde van las almas para luego ser llevadas a la presencia de dios, y ser juzgadas el día del juicio final. Otro aspecto importante en el paralelismo entre cerebro y CPU, tenia que ver cuando se formateaban las maquinas borrando de sus memorias todos los programas lo que se denominaba un cero o blanco. Pues bien nuestros cerebros también podían pasar por un proceso semejante, borrando de nuestra memoria todo nuestro pasado mediante ciertos procedimientos científicos y algunos de la mano de las ciencias ocultas mediante la ingestión de ciertas plantas y rituales desterrados. Esto producía el efecto conocido como pizarrón en blanco, Al tratar de recordar algún evento, la persona entraba en un vacio donde aparecía un fondo de pantalla en blanco, que se abría y cerraba en dirección horizontal o vertical, la desesperación y el miedo se apoderaba de su mente y luego la locura terminaba el trabajo de llevarlo al estado más miserable que cualquier ser humano podía experimentar.
         Las horas transcurrían y paulatinamente los pasillos se descongestionaban refrescando el aire y minimizando el murmullo de voces. Las dos mujeres entretenidas con su tertulia atendían los últimos pacientes, que mostraban un rostro decaído por la espera y el hambre que hacia mella en su estomago.      
_ok todo eso esta bien, ya todos sabemos que quien ama es quien sufre, pero me gustaría saber si el diablo con toda su maldad que lo encadena al mundo, seria feliz sufriendo.
_ Yo creo que no, y deja de estar nombrándolo. Que el diablo tienta.
          Haciendo caso omiso a su amiga, continúo.
 _ Quizás al final demos cuenta que hemos atrapado a dios y al diablo en nuestra locura, que por naturaleza nos tienta hacia el mal, hacia la extinción de la existencia humana. ¡Mira a Roraima! antes brillaba de alegría y gozo, ahora esta atrapada en un amor que marchita su existencia y con todo y eso viene a cumplir con su trabajo, aliviando las penas ajenas ¿y quien alivia sus penas? ¿No es esto una locura?
_ Tienes..........
_Espera un momento que atienda al señor.
          Lucia detuvo un  momento la conversación, para que su amiga atendiera un paciente a quien correspondía el turno. Se mostraba rezongón y malhumorado por la larga espera. Lo vieron entrar al consultorio mascullando palabras entre dientes y luego restablecieron la conversación como si la hubiesen detenido por control remoto.
_Tienes razón, la gran mayoría obra de mala fe. Bien lo dijo San Pablo "hago el mal que no quiero hacer y el bien que deseo no lo puedo hacer", esa es nuestra naturaleza humana, como decía mi abuelita "Para donde va el buey que no are".
_ Ojala al cornudo de Lucifer, le de una diarrea de mil años, y lo friten en aceite de transmisión por mil años más, para que se le quite lo diablo. Y así, sin el temor al maligno quizás tengamos la calma necesaria, para ver nuestro lado maldito y contrarrestarlo.
_ ja ja ja ja tu si que tienes riñones, meterte con Satanás. Pero tienes razón en algo, el administrador del infierno vive de nuestros temores y sin ellos otra fuera nuestra realidad. A mis treinta años, de toda esta parafernalia planetaria, me quedo con Chuchito,  el Cristo redentor, lo demás son pura cortinas de humos para embobarnos.
         La conversación fue interrumpida por una voz que salió del altavoz. "el Doctor Joaquín, por favor presentarse de urgencia  en emergencia". Lucia se despidió de su compañera y entró rápido al consultorio cruzándose en la puerta con el doctor Joaquín, quien apresuraba el paso hacia emergencia.
         Roraima a escasos metros, ajena a los comentarios. Pero consciente de los mismos. Curaba las heridas y mitigaba el dolor físico de los pacientes, con  calma y paciencia, sin mostrar cansancio alguno. La misma calma y paciencia que durante el día sacaba el alma de su ser, y como un sedante mitigaba el dolor emocional que rompía los tejidos de su corazón y se incrustaba como una lanza ardiente anidándose en el fondo. Allí anidaba aparentemente dormitando, pero en silencio rumiaba el dolor dándole vueltas, y vueltas, esperando el momento. Al caer la noche, fría y solitaria para ella, el alma regresaba de la mano de los recuerdos, la ausencia del ser amado despertaba la incandescente punta de lanza, que rompía nuevamente los tejidos y buscaba furiosamente aquello que la adicionaba a los recuerdos de una imagen varonil. En su furia por no encontrar el efecto que producía aquella boca y aquel cuerpo que se estrujaba creando magia y sonidos en el nido de su pecho. En su furor al no sentir los roces y empujes que electrizaban, que desenterraban ecos de amor que gorgoteaban en su garganta.  En su rabia por no hallar los abrazos y sonrisas, por no percibir  las palabras de aliento, el calor de un hogar. Con saña y fiereza la estremecía con un dolor agudo e irritante, que le arrancaba  sollozos, que luego se convertía en llanto, hundiéndola en un infierno donde no existía ningún diablo. Allí en el limbo, en el borde de la nada,  solo estaban ella y los recuerdos que la martirizaban, que la flagelaban, que le quemaban la vida. De allí regresaba exhausta, aturdida, melancólica. Con su mente y su cuerpo, dispuestos a cumplir su tarea diaria, su compromiso con el prójimo. El alma anidada, aparentemente dormida, esperaba nuevamente con ansias el caer de la noche, para reclamar lo suyo, lo que le habían prometido para siempre, aquello por lo cual había firmado un pacto con el destino para la eternidad, con tinta indisoluble.
       Su jefe y compañero de trabajo la observaba trabajar con dedicación, a pesar de los suspiros que estremecían su cuerpo cada cierto tiempo. Lamentos mudos, sonidos de un amor que marchitaban lentamente su alma ausente.
_Tranquila mi negra que todo tiene solución, le dijo el doctor Henríquez.
Le palmeo el hombro, con una sonrisa fraterna y regocijante, mientras terminaban de saturar y limpiar las heridas, al último paciente del día.
_Hay cosas que no, respondió
Con la mirada nublada; enfocada en la lesión. Sintió que un reflejo inconsciente cruzo su mente y de súbito una punzada en el lado izquierdo del pecho, le arranco un leve quejido. Desvió la mirada y termino la cura fijando la gasa aséptica con el adhesivo. No era el momento de pensar en ella, ya la oscuridad de la noche abriría las puertas de sus emociones y el dolor regresaría para atormentarla para reabrir nuevamente la herida, y ensañarse con ella como si tuviera toda la culpa de despertar en su alma esas ansias locas por amar a un solo ser. "ya estoy cansada, no puedo continuar soportando esto, él doctor tiene razón, si hay solución" pensó, al tiempo que guardaba los instrumentos y materiales en el estante.
          "Hay cosa que no deben de pasar" caviló el galeno, moviendo la cabeza de un lado a otro, mostrando inconformidad, quizás con la vida. Estaba orgulloso de ella, hasta en sus momentos más tristes, el trato y la misericordia con los pacientes estaban en primer lugar.
_ Aquí tienes el récipe y las medicinas, le dijo al muchacho, te la tomas al pie de la letra para que te cures rápido.
_Esta bien señora, muchas gracias. Hasta luego doctor.
_Hasta luego mijo, y deje de estar brincando cercas, le dijo con cierta dosis de picardía.
          Las risas crearon un momento de alegría, refrescando los gritos y quejidos de los pacientes, impregnados en las paredes. El medico colgó la bata blanca en el perchero, alistándose para marcharse.
_Doctor no se vaya, que tengo que pedirle un favor, me puede esperar un momento, le dijo Roraima.
_Esta bien, yo la espero.
          El joven subió a la silla de ruedas y ella lo acompaño hasta la salida. Regresaba cuando de pronto la ambulancia se estaciono en emergencia y escucho un grito que la detuvo en el sitio.
_ ¡Rápido que el Negro se muere!
          Giro en redondo, apresurando el paso hacia la puerta de emergencia. Donde los camilleros lo introducían velozmente. Entro exhausta con la boca abierta y la mano en el corazón, presintiendo lo peor para su ser amado.
_ ¡Mi Negro, que le paso a mi Negro! Gritó desesperadamente.
_Mirna la enfermera de emergencia, salió a su encuentro al escuchar su angustia.
_No es tu Negro Roraima, ¡no es tu Negro!
          Oscuras lágrimas rodaron por las mejillas arrastrando el maquillaje.  Miro a su compañera de trabajo y le dijo:
_Cierto Mirna ya no es mío, no es ¡Verdad!
          Dio la vuelta y cruzo la puerta, al tanto que su colega le decía:
_No fue eso lo que quise decir, madre ¡No fue eso!
_ Lo se madre, lo se. Fui yo quien volvía a la realidad.
          Fueron las últimas palabras trasponiendo el umbral de emergencia.
          El Doctor Henríquez la esperaba, estaba un poco impaciente por el retardo. Enfocaba la atención en otro asunto de trabajo, le urgía resolverlo aquella noche con unos colegas del colegio de médicos. Cabizbaja la vio entrar y pedir disculpa por el retardo.
_Disculpe doctor por hacerlo esperar.
_No te preocupes mi Negra, dime que se te ofrece.
_El perro de la casa esta enfermo, sufriendo unos fuertes dolores, esta casi muriendo, será que usted me puede dar una cantidad de anestesia suficiente, como para que el pobre animal no sufra.
         El galeno titubeo un poco, pero por tratarse de Roraima le dijo:
_En el gabinete izquierdo, esta el frasco de anestésico, toma la cantidad necesaria, tu sabes como lo vas a colocar. Cierra con llaves de nuevo y la guardas donde siempre.
_Gracias, doctor, así lo hare. Dijo un tanto nerviosa.
         El medico tomó su maletín y salió del consultorio. Automáticamente el afán lo impulsaba a la prisa.
          Roraima llego a su casa, al abrir la puerta. Dogui el perro vagabundo que encontró su hogar allí, la recibió con el cariño de siempre. Lo tomo entrañablemente por las orejas y lo abrazo. El la siguió hasta el cuarto presintiendo algo extraño, pero su fidelidad y lealtad lo empujaron a seguirla. Entró al recinto  jugueteando y pegando brinquitos de alegría entre ladridos ensordecedores. De un salto subió a la cama y acurrucado, la vio desvestirse y ponerse ropa de dormir. Luego extraer del bolso la jeringa y preparar la inyección. "No te preocupes le dijo, no va a doler". Aulló suave y dolorosamente, al tiempo que golpeaba el rabo contra el colchón, impacientemente.
          La penumbra de la noche no traja consigo esta vez el alma atormentada, mas bien esta se sorprendió encontrar a Roraima viajando como un prófugo que huye de su cazador. Pero ella no huía, iba en búsqueda de su aliento, su ánimo, su voluntad. La buscaría en las tinieblas si fuese necesario. Tendría que explicarle por que razón rompió su corazón que solo servía para amar, no se conformaría con rodeos de palabras sin sentidos, estaba pagando un precio muy alto, un boleto de ida no para sentarse a escuchar un rosario de disculpas y perdones. Debía reparar lo que había hecho, curar su corazón para así encontrar la paz y tranquilidad, que salió a buscar con el último suspiro de amor   que espiraría por él negro de su vida.
          La mañana sorprendió al vecindario, con los aullidos lastimosos y los fuertes arañazos de Dogui sobre la puerta. Lo hacia incesantemente, sin concebir cansancio alguno. María Elena su vecina, de al lado, cruzo la acera para averiguar. Su presencia incitó más al perro, que aullaba más y más, arañando con furia la puerta. Su voz se ahogaba en los aullidos, por lo que decidió rodear el jardín y llegar hasta la ventana del cuarto de su vecina. A través de la ventana de cristal pudo observar que dormía, pero gruesas manchas de sangre sobre la sabana la llenaron de preocupación y luego de horror al imaginarse la tragedia. ¡Dogui la agredió, se lo dije, algún día te atacara! Exclamo.  La llamo insistentemente golpeando el vidrio y al no responderle salió corriendo buscando ayuda. Inmediatamente llamo a su esposo.
_ ¡Francisco Dogui ataco a la Negrita Roraima y esta como muerta!
          Al instante dio parte a la policía. Cuando la unidad policial hizo acto de presencia, la acera de enfrente estaba ocupada por los vecinos y algunos curiosos que se acercaban, al oír el comentario que poco a poco se esparcía por las calles. Los efectivos acordonaron el sitio para evitar la intromisión de personas ajenas a los acontecimientos. Luego abrieron la puerta, y allí sobre la cama encontraron al perro lamiendo sus manos y gimiendo con la mirada triste. Ella en posición fetal dormía el sueño eterno, ya descansaba del dolor que la agobiaba. Toda la noche estuvo escuchando a su alma, hasta que ambas cansadas se unieron para siempre, su alma entendió que había nacido para amar y en este mundo es un pecado por el cual hay que sufrir. Pero allí donde estaban eran libres y la paz reinaba ahora en su espíritu. Su cuerpo frio y rígido, ahora era un cofre, donde el corazón ardientemente flameaba llamas, que milagrosamente cicatrizaban la herida.
          Él médico forense y él detective determinaban la causa de su muerte y levantaban el cuerpo. El galeno noto algo inusual y llamó al detective.
_ Oye aquí ahí algo sobrenatural, dijo el medico forense.
_ ¡Que? Pregunto el oficial, arqueando una ceja.
_ El lado izquierdo del pecho esta tibio y conserva el color, el resto del cuerpo esta frio y pálido. Aquí esta pasando algo.
          El agente coloco la mano sobre el corazón, y luego indicó.
_ La Negrita tenía, mejor dicho tiene un corazón sagrado, el corazón de Jesús. Así se les dice a las personas que conservan el calor en su corazón, después de muertos. Vamos a darle el trato que se merece.
_ ¿Pero no se suicido? No va contra el tabernáculo.
          El oficial lo miro y le hizo un gesto de desaprobación. "No te das cuenta que dios ya la perdono" le dijo,  y salió a manifestarles a los familiares el suceso.
          El doctor Henríquez y otros colegas que se apersonaron al lugar, vertían lágrimas por la ausencia de su compañera de labor. Estaba consternado, se sentía casi culpable por la muerte de quien en vida dio todo por sus pacientes y por el hospital.
_ Como saber que la anestesia que me pidió, era para dormir su cuerpo para siempre, decía entre sollozos.
          El medico forense explicó que la muerte fue por una sobredosis de Dolicaina, anestésico de uso quirúrgico. Por su parte el detective de la policía, informó que la sangre sobre la sabana de la cama, correspondía al perro que en su desesperación por pedir auxilio al sentir instintivamente la muerte de su protectora, desgarro sus patas delanteras en su impotencia por abrir la puerta. Y luego se posó sobre la cama tratando de regresarla, con sus aullidos, del sueño eterno.
_ ¿porque le sucedió esto, por que? Se preguntaba el doctor, buscando una respuesta sin respuesta.
A su lado, la enfermera Gladys, su vecina de consultorio, recordaba a San Pablo "hago el mal que no quiero hacer y el bien que quiero hacer no lo puedo hacer"
_Así somos, hasta que alguien desarme esto, y comencemos de nuevo, dijo él galeno con amargura.
Una figura extraña y de traje oscuro, se levanto de su asiento.  Lo miro a los ojos diciéndole algo que solo el pudo escuchar.
El galeno lo vio desaparecer entre la gente, para luego perder su realidad entre confusas palabras que llegaban a su memoria.  
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Descripción

Roraima atrapada en el mundo de las emociones, deja que su corazon sufra el desamor de su alma abandonada. Amigos y compaeros de trabajo viven en la red emocional que la desventura de roraima entreteje a su alrededor.

Palabras Clave: alma golpea morir

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: florencio malpica

Derechos de Autor: florencio malpica


Comentarios (4)add comment
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florencio

Ivelis ja jaja. muy buena esa. Dejame decirte. que escribo con el alma y un poco de sentimento. Mi memoria guarda ecos que se reflejan en las palabras escritas. Siempre me ha gustado el amor y cuando a uno le gusta algo se sufre y se goza.
Mi alma libre esta muy lejos de caer en esas tentaciones. tengo madurez de aceptar lo que me suceda y quizas eso sea "hablar con propiedad". en mis escritos mezclo la ficcion, mis vivivencias, la realidad y mi imaginacion, queda de parte del lector ubicar mis vivencias en el escrito.
Besos abrazos y una alegria enorme que tan linda joven me visite. ¨más besos..................
Responder
April 29, 2010
 

florencio

cierto paisano, muchas almas reflejan el caracter debil de la personas. Y por lo tanto sufren a esos niveles.
Tambien es importante recalcar , que muchas personas nacen con sentimientos y emociones que no pueden controlar. y casi siempre se enclavan en la contraparte, echando raices muy profundas. Independientemente de la accion, siempre la reaccion de estas pesonas es dejarse morir o suicidarse.
El cuento se fundamenta en un hecho real: la enfermera existio, le pidio la anestecia al doctor, y su amante tambien es cierto. El ambiente y los dialogos los invente y espero que les haya gustado.
saludos paisano...............
Responder
April 29, 2010
 

ivelis

HABLAR CON PROPIEDAD ES SABERSE EN EL MISMO CASO LAMENTABLE
Responder
April 29, 2010
 

Alfonso Z P

Bueno tu cuento Florencio, lo de Roraima es un reflejo de las almas cuando no se
acostumbran a la soledad y al desamor.
Felicitaciones y estrellas.
Saludos: Alfonso
Responder
April 29, 2010
 

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