Caminaba por la Calle de los Milagros, en su tristeza la prostituta buscaba respuestas a su vida. Paso cerca de la Sinagoga y pensó que sería difícil ser aceptada por dicha religión, de todas maneras los judíos querían matar a María Magdalena. Siguió caminando y llego a una hermosa iglesia católica, y dedujo que Jesús ayudo a María Magdalena, pero tuvo que someterse a las reglas del hermoso hombre cristiano. Prosiguió su camino y se enfrento a una Mezquita, quiso entrar pero recordó un programa por televisión donde las mujeres eran un cero a la izquierda para los musulmanes y que eran muy maltratadas y más aún si eran pecadoras. Se fue descontenta a su lujoso apartamento. Abrió la agenda y ratifico que hoy en la noche tenía una cita con el Monseñor, que el viernes cenaría con el Rabí, y el martes se vería con el Imán. A ellos personalmente le preguntaría sobre su angustia y soledad.