Seorita
Publicado en May 20, 2009
Señorita Padre portugués, madre italiana, hijos brasileños. Padre brasileño, madre brasileña, hijas brasileñas. Padre argentino, madre brasileña, hijos argentinos. Así es, con la familia llena de inmigrantes, no renegué de mi destino y fui y soy un inmigrante más. Pero no crean que ser mujer y brasileña en la Argentina, era fácil en 1984 como lo es hoy, en el 2009. No. Ser brasileña era sinónimo de ser fácil, bah, ser puta, putita o como quieran; término mal usado porque las meretrices - vaya palabrita, eh! – cobran vendiendo sexo y a nosotras simplemente nos hacían sin pagar y nos traían a este destino mucho veces infeliz. Y si digo que hoy ya no es igual, no lo digo porque se haya cambiado esa idea de que las brasileñas son rápidas, sino que las argentinas nos alcanzaron y estando cabeza a cabeza queda algo disimulado. Hoy, en 2009, está todo dicho y hecho en materia de sexo. Lo que antes eran prostíbulos hoy se dan a llamar departamentos privados y abundan en Buenos Aires por Corrientes, Libertad, Talcahuano, etc. Las antiguas prostitutas hoy reciben el título de señoritas. -¿Che…de qué trabajás? -De señorita. OK…quedamo’ así. Igualmente, a mí, en lo personal, a los rótulos me los paso por el culo; tenemos las señoritas en la escuela, rompiéndoles las cabecitas a nuestros pibes, con su falta de sexo y su histeria, y tenemos a las señoritas en los departamentos privados llenando los pibes de alegría, ¡eh! Agradezco solemnemente la presencia de esos lugares donde los hombres argentinos, maridos y parejas nuestras van y están, ahorrándonos el mal momento de sentirles el olor a bolas sucias transpiradas y tener que aguantarlos arriba, abajo, o al costado de una, después de arduo día de trabajo. Gracias. Pero creo seguro que, cuando van para allá, los guachos se deben lavar bien, no se les va ocurrir presentar el miembro sucio de todos los días. Amén. Mujeres de todas las nacionalidades son señoritas….argentinas, abundan las paraguayas, hay también cubanas, uruguayas, brasileñas y llegué a oír que hacen pasar a alguna peruana por japonesa… ¡cuánto ingenio¡ es lo mismo, total para lo que la quieren da igual….hombres necios…. Asimismo, agradezco las tarifas, que no son para nada caras, que al hombre argentino, sin discriminar a otros latinos americanos, y que decir de los turistas, que consumen el producto, pueden pagar una y otra vez. Como les decía, las tarifas por hora de los departamentos privados resultan mucho más baratas que andar sacando a tomar cafecito y de ahí al telo con algún levante del chat. Así que perduren estos lugares donde nuestros varones pueden dejar sus semillitas en látex y volver a su hogar con esas caritas de yo no fui porque total nosotras nunca pagamos nada y a raíz de eso no ponemos en riesgo la economía doméstica. Sobre el mismo tema y la desesperación por la crisis que empezó año atrás en la bolsa de NY en los status, voy a centrar lo que tengo que contarles. De profesión señorita, ja ja, profesora de idiomas desde ya hace muchísimo tiempo y con varias traducciones en mi haber, el año de 2009 me viene tratando demasiado mal. Sé que resulta casi cómico mi relato, pero para la sorpresa de todos ustedes, los muchos que están leyendo esto ahora, llegué a pensar en quitarme la vida varias veces. Pero, ¿podría quitármela varias veces? Es obvio que no…una vez quitada no hay forma de volver a quitarla. Pero…es que siempre me llamaron la atención esos juegos de play station donde te quedan vidas para gastar….”me queda una vida”…”me quedan tres vidas”… ¡Qué loco! ¡¿Qué hicieron con nuestros niños y bajo nuestras miradas cómplices…?! Pensé varias veces en quitarme la vida. Eso sucedía cada vez que miraba la billetera vacía y el colegio de Ángel sin pagar, miraba la billetera vacía y Fibertel sin pagar, el cable sin pagar, Telecom sin pagar. El chino de abajo…sin pagar. He tratado, infructuosamente, he tratado. Me había anotado en el Consejo Escolar de San Isidro para trabajar como auxiliar, a fin de año. El tipo que recibió mis papeles dijo que no era trabajo para mí, no quería anotarme pero insistí y lo hizo. Títulos universitarios ahí solo sirven como papel higiénico. No valían puntos. Era así…..cinco puntos por vivir en el partido de San Isidro, diez puntos por tener la primaria y cinco por secundario completo. Así que, con mis veinte puntos no pude lograr mucho, ya que había algunos que se dedicaban a sumar puntos e iban por los cincuenta y no sé cómo…..iban por las escuelas sumando y sumando puntos sin jamás quedar efectivos…que mal que huele…. Así que mi di cuenta enseguida, durante los famosos actos públicos, que el sueño de la portería propia se alejaba de mí. Los alumnos escaseaban, creo que no llegaban a quince, seguro que no, alguno que se iba, otro volvía. Alguna traducción para hacerme romper la cabeza. Se me ocurrió ir a ver una viejo amigo, mi doctor, ginecólogo. Tenía confianza. Y de cara dura nomás, le acerqué, en una consulta, cinco currículos para trabajar en el centro médico o, en su defecto, en algún consultorio de algún colega. -Doc, me tiene que ayudar. -Cristinita, ¿sabés cuánta gente quiere entrar acá? ¡La fila que hay! - Pero, doc, usted es el director y además…tuvimos un hijo…y por si fuera poco, se lo dediqué...nació en su cumpleaños, el 7 de septiembre. - No me acordaba. - Yo sí, mientras pujaba, le cantaban el feliz cumpleaños. - Voy a ver lo que puedo hacer. - Doc, no los tire a la mierda. Ayúdeme, please - Quedate tranquila. Te llamo y tomamos un café. Es así. Hombre argentino, los amo a todos. ¿Tomamos un café? Palo y a la bolsa. Ya la desesperación era total. Cero perspectivas. . Estaba suscripta a varios proveedores de trabajo por Internet, nunca nada o casi nada. Compré el Clarín un lunes para buscar trabajo de señorita. Estoy grande, tengo 44 años pero, aunque no lo quieran creer, estoy para el crimen. Ja. Me río para no llorar y menos mal que buscaba ese trabajo porque era lo único que ofrecían. Hice una lista pero dudé en llamar. Pasaron los días. Resolví llamar. El viernes a las diecisiete horas tengo un alumno, Teo, muy estudioso, que se va a las seis y media. Ya había preparado ropita interior, alguna bijouteria, sandalias, esas boludeces, por si las moscas…. En realidad, no sabían si me iban a tomar, pero por fono me dijeron “venite y empezás”. Así que tomé el tren Becar-Retiro totalmente decidida. Ahora ya era hora de cobrar por lo que hacía tan bien y gratis. Por un momento me puse a pensar cuanto sexo sin amor había tenido en los últimos tiempos desde que mi relación con José se desbarrancara. De pura calentura o de puro aburrimiento. Sentí pena de mi misma. De Retiro subte hasta Diagonal Norte, cruzar 9 de Julio. Libertad al 400. Subir. La cantidad de pendejas en corpiño y bombacha que había ahí era de asustar. El living era de dos por dos y estaba superpoblado se señoritas. -Vengo a ver a Mariana. La tal Mariana me dijo lo que ya sabía. Ahí no podía estar….Esas chicas podían ser mis hijas y eran miles. - Te voy a mandar a unas cuadras de acá que hay pocas chicas. Allá voy. Florida….Toco timbre, entro. Sin decirme ni hola, me mandar a cambiar. Subo. Me meto en el baño. Me cambio. Realmente me veía linda de señorita. No estaba muy atrevida, no, pero se veían bien mis piernas, tengo piernas muy bien formadas, largas, de yegua de carrera. Arriba, solo insinuaba, no podía mostrar los pezones que vuelven locos a los hombres y mis pechos no son grandes. Pero robaba con la cara, aunque Gabi y Nadia no eran nada feas de cara. Mientras estaba en el baño sonó un timbrazo: “Presentación.” - Dale, dale.- me tocaron la puerta. Con las sandalias negras, la bombachita que poco se veía, la blusa insinuaba un pobre escote, los aros inmensos de corazón, bajé mientras oía una voz diciendo hay un antes y un después de eso Cris. Las chicas ya se habían “presentado”. Era sólo meterse en la habitación donde estaba el cliente y mandale un hola, soy fulana, como estás…. Me metí sin el menor temor, llena de confianza. - Hola, soy Cris. -¡Qué preciosa! Me han dicho muchas veces preciosa, princesa, ángel, muñeca. Pero es preciosa de ese hombre ahí, de pie al lado de la cama, esa luz amarilla de fondo…Nunca un preciosa valió tanto como en esa boca, porque ahí, en ese lugar me volvía una mercancía y la excitación que me produjo no puedo compararla con nada. Me di vuelta, mostrando mi parte más codiciada. Me quedé en el living. Una de las chicas fue a preguntarle a cuál había elegido. - La nueva. No tenía nombre, no pertenecía, pero era la elegida. Resonó en mis oídos como la gloria. Fui a la secretaria. - ¿Qué tengo que hacer? - Son veinte minutos. Bucal vaginal. Me imaginé un pete y una cogida rápida….veinte minutos…. Me dieron un preservativo y me fui al cuarto. Ahí estaba ese hombre. No importa quien era... Era agradable, educado, amable. Se sacó la ropa y le empecé a tocar la pija. Me sacó la blusa., la bombacha. Él estaba parado. Me senté en el borde de la cama y traté de hacerle la mejor felatio de mi vida. Luego, se quiso acostar y le seguí chupando. Pregunté si le gustaba. Asintió. Abrí el envoltorio del forro y se lo puse, pidiéndole perdón por la inexperiencia. Puso la almohada bajo mi cola y me penetró. Si me preguntan si sentí algún placer diría que no, sentía emoción. Haber llegado a esa situación no era insólito en mis días, sabía que no iba jamás a vivir de eso, pero ansié siempre vivirlo todo. Él acabó bastante rápido y se quedó adentro mío. Le dije que era mi primer día. -Sos mi primer cliente. - Cuando vuelva voy a pedir por vos, Cris. Se vistió. Me vestí. -Te voy a dar diez pesos más porque lo hiciste muy bien. Esos diez pesos valían diez millones en mi cabeza en mi condición de puta. Se fue. No lo volví a ver. Nunca volví a ese lugar, pero sé donde queda. Maria Herrera.
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