CONSTERNACIN
Publicado en Apr 06, 2010
“El sueño es el dulce reparador de los tormentos” (W. Shakespeare). Heme aquí triste… ante el letargo del dolor por el rugir de las tragedias. ¡Heme aquí exánime! cual soliloquio en su mundo de pensamientos… que en su concentración de razonamientos, se repite; ¡Como el golpeteo del martillo sobre el yunque! la angustia de una vida feneciendo. Es triste la melodía del adiós… de los que sucumben ante el trueno estéril que va segando la fertilidad de la conciencia. Es triste el callar de los ruiseñores por el grito frío de la muerte. Es triste la brisa mañanera porque va llorando en la inmensidad del tiempo… Es triste la tarde benigna por estar teñida de rojo; es el desperdicio incesante de la vitalidad. ¡Y así… todo es ira! ¡Y así… todo es dolor! ¡Y así… todo es tristeza!, que confunde el latir de la verdad. Heme aquí perplejo ante un mundo de siluetas titilantes, en que se retuercen lamentos de angustia, embargando días tibios. La flor de la virtud se marchita deteniéndose el nacer de la esperanza. Las sonrisas y la alegría de los niños se congelan por el inclemente frío del terror y ellos no comprenden el por qué. Todo es oscuro y todo es nada… Las manos aforadas tiemblan de impotencia, los ojos del malvado al rojo de la sangre, ya no sienten y no espabilan, todo se desvanece sobre la inconciencia. ¡Ya tengo miedo de la vida! la vida misma tiene miedo de sus engendros. Ahora, amo los sueños quisiera dormir y soñar… en las cosas buenas y bellas, dormir y extasiarme en sueños y volver a ver y a sentir las cosas misericordiosas de la vida, y al despertar… no saber nada de la realidad.
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Verano Brisas
Verano Brisas
Luis Alcides Aguilar