La iconografía de San Sebastián es muy amplia y aunque su muerte fue muy distinta a la que se representan en el Arte y contada por la Iglesia, no podemos negar que es uno de los Santos más personificados y encarnados en el Arte. San Sebastián, es cierto, fue atado a un árbol y asaetado por las flechas de cuatro soldados romanos, este castigo fue impuesto por convertir al cristianismo a dos jóvenes soldados pretorianos acusados de homosexualidad (Marcos y Marcelino), después de ser torturado con las flechas y cuando ya lo creían muerto, sus amigos lo llevaron a casa de Irene, joven cristiana que con devoción le sano, luego San Sebastián volvió a donde el emperador Romano que lo enjuicio y que le creía muerto, este sorprendido le mando a matar de nuevo pero a golpes y su cuerpo moribundo fue echado a una cloaca donde verdaderamente falleció. Esta muerte por supuesto era menos glamorosa y menos adecuada a la visión que quería la iglesia para representar aquel hombre que fue ejemplo de devoción cristiana.
 
La representación más antigua que se tiene de San Sebastián data del siglo V, y fue descubierta en la cripta de Santa Cecilia, en la catacumba de San Calixto. Pero es en el Renacimiento que los artistas lo representan como soldado, particularmente semidesnudo atado a un árbol y lleno de flechas. A partir de allí su cuerpo es explorado por los artistas como excusa para la investigación sobre la anatomía humana, idealizando la belleza masculina e inmortalizando así la imagen de San Sebastián. Todo este proceso histórico-artístico por la que ha pasado el icono del santo y por ser uno de los más reproducidos por el arte en general es que es conocido como el Apolo Cristiano.
 
La importancia de la iconografía de San Sebastián es que a pesar que es representado mayormente en su martirio, la expresión, gesticulación y posición de su cuerpo esta orientada hacia el éxtasis y placer sexual, vemos en cada una o en casi todas las obras que su gesto facial aparecen señales de goce y delectación sensual. San Sebastián junto con la Santa Teresa de Bernini son los orgasmos místico mejor escondidos del arte mundial.
 
San Sebastián ha sido representado no solo en las artes pictóricas y escultóricas, su iconografía ha sido plasmada a todas las formas de expresiones artísticas, su hermosa imagen a sido llevada al cine, a la fotografía, el performance y han sido innumerables los artistas que han experimentado con el joven mártir, desde Mantegna, Rubens, Corot, Pier Paolo Pasolini, Paul Schrader, Pedro Centeno Vallenilla, Kishin Shinoyama, Mishima y Tony De Carlo entre otros. Este joven mártir de la cristiandad superó los límites de la Iglesia Católica, sus feligreses no solo lo invocan y le rezan en los casos de enfermedades y pestes, sino que su gallarda y alegórica imagen es en estos días un fuerte icono del movimiento y comunidad gay internacional.