BRUJAS COMO LAS DE ANTES.
Publicado en Apr 13, 2010
Sus dedos se despertaron rígidos, como congelados a pesar del verano, un intenso dolor no le permitía moverlos pero aún así se levanto y como pudo abrió el agua caliente del grifo del lavamanos del baño y el vapor le alivio aquel punzante dolor que le paralizaba los huesos de sus extremidades superiores. El resto del día fue normal, aunque la molestia permanecía en menor grado. Se acostó temprano pensando que a lo mejor con el sueño reparador todo cambiaria. Amaneció y no pudo levantarse, el dolor habitaba cada hueso de su cuerpo, cada articulación estaba minada con el lacerante padecimiento reumático. Fue llevada de emergencia al hospital y a pesar de todas las radiografías, resonancias magnéticas, estudios óseos, exámenes sanguíneos y otras pruebas médicas, ninguna arrojo un resultado positivo, sus huesos estaban completamente sanos, no había señales de artritis, ni reumas, ni gota, su acido úrico estaba en niveles normales y ninguna infección aparecía reflejada. Paso meses en diferentes institutos especializados, pero jamás llegaron conseguir un mínimo reflejo de enfermedad física ni mental.
Su cuerpo se torció como caracol, sus labios rozaban su ombligo, sus manos retorcidas como alambres se perdían entre su cuello y pecho, y sus piernas que antes eran dignas de modelo de medias de seda se doblaban al contrario, la rodilla se invirtió y le daba aspecto de extremidades o patas de gallina. Andaba con pasos lentos cuando el dolor no era tan fuerte, pero eran pocos los metros que podía recorrer. Los médicos y eminencias de la medicina rendidos por la extraña enfermedad le dieron de alta y que pasara los últimos días de su vida en la tranquilidad de su hogar. Al llegar a la casa materna fue recibida por todas sus hermanas y todos sus seres queridos le recitaron palabras de afectos, le consolaron y le dijeron que pronto mejoraría, que en Miami estaba un especialista magnifico... que en Francia los últimos adelantos habían arrojado nuevas esperanzas... pero una vecina que estaba en la reunión se le acerco y la abrazo y en ese rato minúsculo le llego y le susurro al oído: Busca una jaula y nada más. La vecina se retiro como había aparecido, la reunión de bienvenida termino con una suculenta comida y todos fueron a dormir, pero en la cabeza de la enferma mujer rondaba las palabras de aviso "Busca una jaula y nada más". En la oscuridad de la noche se paro, el dolor era horrible, su caminar era muy torpe, pero aprovecharía que todas sus hermanas dormían anestesiadas por la copitas de más y empezó a buscar por toda la casa aquella jaula que le había obsesionado. Abrió todas las puertas, todos los armarios y no encontró nada, entonces recordó que en el garaje de la casa existía un almacén de cachivaches y se dirigió allí con su paso de ave. Allí descubrió lo impensable una pequeñísima jaula de bimbre y alambre que contenía en su interior a un pajarito disminuido por el reducido espacio en que se encontraba, y en su interior como piso para el ave estaba una foto de ella donde caían las pocas heces del avecilla mal alimentada. Horrorizada trato de salvar y soltar al ave, pero sintió atrás la presencia de mal, volteo y vio a sus hermanas cada una con un cuchillo en la mano y no pudo más que decir ¿Por qué a mi? Y todas en unísono respondieron por ENVIDIA. Y todas clavaron sus afiladas armas al ave enjaulada mientras la victima humana moría por el fuerte dolor de las cuchilladas fantasmas en su cuerpo de pajarito. Al día siguiente las hermanas enfundadas de negro absoluto arrojaron rosas a la tumba de la hermana muerta, lloraron y clamaron al cielo por su alma, rezaron por que su espíritu volara al cielo, ofrecieron un funeral digno de la noble hermana, pero en el fondo solo se fijaban en los invitados y allegados a las honras funebres y examinaban con detallado cuidado a la próxima victima.
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Alfonso Z P
Felicitaciones.
Saludos: Alfonso