Antimaradona
Publicado en Apr 19, 2010
Bicentenario. Dos centurias. Centuriones enfrentados.
El uno, guacho peronista, gaucho hincha de Boca, borracho del tablón que grita ¡gol! de la mano de Dios y ¡retruco! en el asado y mancha de tuco en el overol desocupado que vuelve a votar a Menem en plena paridad del deme dos de Martínez de Hoz o aquel anarquista fusilado, por Varela y sus Task Forces en Pradera del Ganso. El otro, good fella histrión, el dandy con rapé, eunuco cortesano de Bernardino, el horror a la barbarie del teléfono blanco en el casco de la estancia del señorito bien de doble apellido y recién depilado zarpando a París y luciendo un taparrabo importado de Inglaterra y de seda India, el opus de Torre Nilsson, la sarmientina que dona joyas a un general católico, derecho y humano, gente como uno, que vuelve a votar a Menem. Y a sus importadores de chiches chinos, clichés pagaderos con porotos de soja.
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inocencio rex
el "mundo" de las finanzas no es una entelquia.. está compuesta por estos tipos, que tienen nombres propios y que si no son famosos es porque no es negocio.. cuando gritamos que se vayan todos, ellos se quedan, siempre.. money money
Eduardo Fabio Asis
inocencio rex
A fines del siglo XIX, la Sociedad Rural financió la llamada Campaña del Desierto lanzada por el general Julio Argentino Roca para exterminar a los pueblos originarios y expropiarles sus tierras. El presidente de la Sociedad Rural era otro Martínez de Hoz, bisabuelo del actual, y por esa ayuda Roca le regaló 2.500.000 hectáreas en la Patagonia.
fuente: http://www.pagina12.com.ar/dia...05-05.html
inocencio rex
inocencio rex
te pregunto: cuál es la alternativa real a esto??... yo creo que es siempre en democracia, una evolución (no revolución) social basada en el ciudadano: trasciender un poco la tilingada, mirarnos más como sociedad y menos el ombligo.. porque está a la vista que, despues del escarmiento al pueblo la última dictadura, lo más revolucionario que puede hacer nuestra "gente", ese pueblo argentino, es lo del 19 y 10 de diciembre del 2001, que fue iniciado por los saqueos que fogonearon duhalde, menem y otros dinosaurios, y que plegó a la clase media porque se le acabó la ilusión de viajar barato a miami... por el puto corralito.. en fin: lo del 2001 fue cambiar un poquito sin que nada cambie en el fondo.. la gente bien y como uno, esa que lee la nación y ahora putea, mientras lo cierto es que se forró en dólares importando choclo y mollejas subsidiadas por el propio estado argentino en ajuste constante por las recetas del fmi, y mandó los dólares a las caimán, es la que más se rasga las vestiduras por el "campo herido de muerte" por las retenciones...
¿te acordás en la época del corralito? desfilaban economistas por la pantalla de tn para decir que la convertibilidad no se tenía que tocar.. unos descarados.. a la semana rodriguez saa declaraba el default.. pero los economistas ya no podían decir más nada sin que los mataran en la calle en llamas del "que se vayan todos".. en este país de delirantes desmemoriados, hoy escuchás a broda decir que kirchner es stalin. como si él no fuese uno de los pilares ideológicos del principal mal del país.. porque hablan de chavez y de fidel porque sus "dictaduras" no son de derechas y tan humanas como las nuestras, las que masacraron a sindicalistas, a estudiantes, y que nos masacrarían a nosotros por andar comentando estas cosas.
cosas peores??? las hubieron y ojalá que no vuelva a haberlas...
dictadura del poder económico?? acordate de san redrado, broda, melconian y del tema de las reservas; te quejás del gobierno y de la oposición y te olvidas de un detallecito: los bancos... money talks y pone y saca gobiernos.. qué, crees que a un honestísimo gobierno con todas las ganas de acabar con el hambre no te lo tiran en 15 días??
productos argentinos en el extranjero??? la sacrosanta soja ¿es un producto? no... el vino es un producto... cómo les va a los productores de vino en mendoza... se estarán quejando de los impuestos y bla bla??... acá se quiere pagar los impuestos de somalia pero exigir con los servicios de noruega.. okay, ya sé que mal de muchos consuelo de tontos.. si esto es un infierno: que para afganistán, para irak, la franja de gaza... vamos.
lo que te digo es que vos tenés una visión que se reproduce en serie y que escucho bastante seguido en las discusiones de café (mentira, de cervezas)..es más, la escucho en la mayoría de canales y radios, la leo en casi todos los diarios.. tiene que haber algo de cierto.. sé que también hay mucha gente que tiene una visión del momento no tan apocalíptica, más como la mía, y que también debe tener algo de razón..
por lo menos, volvió una discusión acerca del modelo de país que queremos.. las decisiones del día, un día son historia.. si no nos damos cuenta de eso, es porque a alguien no le conviene que lo hagamos.. y a veces, lo que más le conviene, es un nihilismo adolescente e inconducente.
fabius.. de última, si tenés razón: que dios nos salve!!!
un abrazo.
Eduardo Fabio Asis
Eduardo Fabio Asis
Eduardo Fabio Asis
inocencio rex
Uno entiende que pasaron algunas cosas, nada más que algunas por más significativas que fueren, capaces de suscitar que sea muy complejo trabajar de periodista en los medios del poder. Lo de las jubilaciones estatizadas, lo de la mano en el bolsillo del “campo”, lo de la ley de medios audiovisuales y la afectación del negociado del fútbol de Primera. Ahora bien, ¿la contradicción aumentada entre cómo se piensa y dónde se trabaja justifica las sobreactuaciones? Es decir: puede pensarse que en verdad algunos dicen lo que pensaron toda la vida, y que otros quedaron presos de la dinámica furiosa de la patronal. Pero, ¿decir que estamos o vamos hacia una dictadura? ¿Que si esto sigue así puede haber un muerto? ¿Hace falta construir ese delirio para congraciarse? En todo el país, si es cuestión de propiedad mediática y de programas y prensa influyentes, bastan y casi sobran los dedos de ambas manos para contar los espacios que –con mayor o menor pensamiento crítico– apoyan al Gobierno. La mayoría aplastante de lo que se ve, lee y escucha es un coro de puteadas contra el oficialismo como nunca jamás se vio. La oposición es publicada y emitida en cadena, a toda hora. ¿Qué clase de dictadura es ésa? Ese libre albedrío, muy lejos de ser mérito adjudicable al kirchnerismo, ocurrió igualmente con Alfonsín, la rata, De la Rúa, Duhalde. Lo que no había sucedido es esta cuasi unanimidad confrontadora salvo por los últimos tiempos del líder radical, a quien por derecha se le cuestionaban sus vacilaciones y por izquierda también. Contra Menem recién cargaron en su segundo lustro, después de que completó el trabajo. La Alianza se caía por su propio peso. Con el Padrino pegar era gratis, porque el país ya había estallado. Pero en el actual, que después de todo es simplemente un gobierno más decidido que el resto en cierta intervención del Estado contra el mercado y en el perjuicio a símbolos muy preciados de la clase dominante, ¿qué tan de jodido pasa como para hablar de una dictadura? ¿Será que basta con tocar unos intereses para edificar en el llano la idea de que pueden empezar a matar? ¿Los Kirchner son Videla, Massera, Suárez Mason? Por favor, tienen que aclararlo porque de lo contrario hay uno de dos problemas. O se lo creen en serio y, por tanto, se toma nota de que desvarían. O saben que es una falsedad sobre la que se montan para condolerse y entonces se anota que está bien. Que no se justifica pero se entiende. Que quedaron tras las rejas de los medios en que laboran. Ojalá sea lo segundo, por aquello de que un tonto es más peligroso que un mal bicho.
Se cometieron varias estupideces en forma reciente. Se le dio mucho pasto a la manada, se perpetraron injusticias con colegas que no se lo merecen, se agredió a los que precisamente buscan victimizarse. Eso no es hacer política. Es jugar a la política. La diferencia entre una cosa y la otra es que cuando se ejecuta lo primero es bien medida la correlación de fuerzas. A quiénes se beneficia, cuánto se puede tensar la cuerda en la dialéctica entre condiciones objetivas y subjetivas; cómo no sufrir un boomerang, en definitiva, y si se produce cuánto de fuerte son las espaldas para sortearlo. En cambio, si se juega a la política todo eso es lo que importa un pito antes que nada, con el agravante de que las consecuencias las paga un arco mucho más amplio que el de quienes formularon la chiquilinada.
De ahí a que se tomen de esos yerros para hablar de peligro de muertos, de sensación de asfixia dictatorial, de avanzada totalitaria, media una distancia cuya enormidad causa vergüenza ajena de apenas pensarla. No es algo que no pudiera preverse. Como lo dijo allá por los ’80 César Jaroslavsky, otro sabio sólo que de comité pero muy ducho en transas y arremetidas: te atacan como partido político, y se defienden con la libertad de prensa.
Se sabe que es así. Pero igual uno ya está harto de los hartos que se hartaron ahora.
Eduardo Aliverti
inocencio rex
ESTE PAÍS DE M...
Al tilingo la m... no se le cae de la boca ante la menor dificultad o desagrado que les causa el país como es. Pero hay que tener cierta comprensión para ese tilingo, porque es el fruto de una educación en cuya base está la autodenigración como zoncera sistematizada. Así, cuando algo no ocurre según sus aspiraciones reacciona, conforme a las zonceras que le han enseñado, con esta zoncera también peyorativa.
La autodenigración se vale frecuentemente de una tabla comparativa referida al resto del mundo y en la cual cada cotejo se hace con relación a lo mejor que se ha visto o leído de otro lado, y descartando lo peor.
Jorge Sábato me cuenta que en Nueva York, recibido por un grupo de norteamericanos a quienes acompañaba un argentino, le faltó tiempo a éste para preguntarle como primera noticia de su Patria: —"¿Buenos Aires siempre lleno de baches?" Jorge le dijo: —"Si, hay muchos y te podés romper una pierna. Pero si aquí te metés en el subterráneo después de las cinco de la tarde es casi seguro que te rompen algo... ¡Bueno, todo va en gustos! Yo prefiero romperme una pierna... y en un bache".
Pudo agregarle que si se metía en Harlem podría ser víctima de la discriminación racial del poder negro, como podría serlo del poder blanco un "negro" argentino que se metiera en Little Rock.
Sin embargo, lo que pasa en el subterráneo de Nueva York, en ciertos barrios de Chicago o en Detroit entre negros y blancos, no nos autoriza, ni a los norteamericanos ni a nosotros, a suponer que eso solo —y los demás aspectos desagradables— den la imagen total de los Estados Unidos. Y mucho menos a un norteamericano, que de ninguna manera dirá que su patria es un país de m... Seguramente pensará a la inversa. Tampoco le ocurrirá al francés, al alemán, al suizo, al inglés o al chino; no excluyo que haya zonzos en todos estos países, pero no en la cantidad que aquí y en posiciones dirigentes. Seguramente estarán más cerca de nuestro guarango, aquel que mide por el tamaño del bife la significación de lo nuestro. Ya lo veremos a éste, el que canta con Gardel "Mi Buenos Aires querido...".
Y aquí viene otra zoncera, que es la de afirmar que Buenos Aires está mal nominado porque tiene un clima intolerable. Lo cierto es que Buenos Aires sólo tiene 50 días, a lo sumo, de calores fuertes y no alcanzan a 60 días los fríos o lluviosos, a los que opone una temperatura media, una abundancia de días luminosos, de cielos increíblemente azules y de noches maravillosamente estrelladas, como creo que hay en pocas ciudades en el mundo. Pero el tipo, en cuanto transpira un poquito y no puede estar en Mar del Plata o en Punta del Este, sólo atina a decir: "¡Esta ciudad de m...!".
En otros libros he hablado de estas dos actitudes opuestas entre el detractor y el guarango sobrador. La de este último es constructiva y no se apoya sobre una derrota previa. La fanfarronería —más porteña que argentina— es susceptible de corrección. ¿Pero cómo corregir al tilingo que es el fruto buscado de una formación mental a base de zonceras peyorativas que con el respaldo de próceres al caso, ha afirmado nuestra inferioridad como punto de partida inseparable de su "civilización"?
El técnico que se evade con contrato afuera, de preferencia en dólares, es uno de los que más emplea la expresión. Y también el que la justifica. Se comprende al primero pues tiene la mala conciencia de saber que se va del país sin devolverle lo que éste le ha dado. (Nuestro estudiante universitario cree que su papá, o él mismo, si la trabaja de self made man, son los que le han pagado la carrera cuando en realidad no han contribuido sino con una alícuota ínfima porque aquí la enseñanza universitaria es un servicio público. Así en lugar de creerse deudor cuando se gradúa, se cree acreedor).
Lo mismo que el evadido pontifican los que lo defienden desde la prensa. No es sólo la Argentina sino el mundo entero quien proporciona técnicos al país de más recursos y de técnica más adelantada. Dicho sea en favor de los mejores de éstos que muchas veces van a perfeccionar sus conocimientos para luego retornar. Pero los justificadores de los evadidos para hacerlo apelan también a la denigración. Ahora somos un país de m... porque no los retenemos. Hace 25 años para la misma gente, cuando los técnicos se importaban porque no los había, éramos un país de m... por la razón inversa.
Pero en realidad se trata siempre del juego de la mentalidad colonial.
Después de la guerra los técnicos de los países vencidos se propusieron trasladarse en gran cantidad a la Argentina que se encontró, en razón de su neutralidad durante el conflicto, con la posibilidad de adquirir gran parte de la técnica alemana. En cuanto comenzaron a venir, algunos, los Santander y demás yerbas imputaron nazismo al gobierno que posibilitaba su venida e hicieron una campaña de difamación destinada a impedir que la Argentina adquiera ese capital. Entre tanto los rusos y los norteamericanos se los disputaban técnico por técnico valiéndose desde el soborno hasta el secuestro, y grande ha sido su contribución, tanto en los Estados Unidos como en la Unión Soviética, para el desarrollo tecnológico de los mismos. Después de la revolución de 1955 los pocos técnicos germanos que vinieron tuvieron que huir. ¿Adónde? A Rusia o a Estados Unidos. Y esto contó con el apoyo de la prensa que ahora se aflige por la evasión de técnicos. Como se ve, en este caso más bien que de un complejo de inferioridad se trata de una clara actitud de agentes provocadores.
¡Este país de m... que da refugio a los técnicos nazis! ¡Este país de m... que permite la evasión de sus técnicos! Palos porque bogas y palos porque no bogas.
En este momento se está renovando la cañería de gas de la calle Esmeralda, donde vivo. Y los mismos vecinos que protestaban porque escaseaba el combustible protestan ahora porque se están haciendo las obras que lo darán en abundancia. ¡Y siempre este país de m...! Lo dice el vecino y lo dice el conductor de vehículos que tiene que desviarse y el pasajero del colectivo. Ningún órgano de opinión se preocupa de explicarle a la población que las constantes aperturas de calles —por el gas, la electricidad, las obras sanitarias, etc.— tienen su causa lógica en que Buenos Aires se modernizó justamente a principios de siglo y de un solo golpe en la parte céntrica, por lo cual también al mismo tiempo termina la vida útil de las instalaciones dentro del radio céntrico. No así en los barrios cuya urbanización se escalonó en el tiempo.
Con un poco de amor al país todos los órganos de publicidad debían dar esta explicación pero no lo hacen porque subconsciente o conscientemente piensan que este es un país de m... y hay que provocar lamentos y no afirmaciones optimistas. En la misma página o en la siguiente nos informan que París se está blanqueando íntegramente, o de cualquier obra de progreso que se realiza en otro lugar del mundo, con los mismos inconvenientes transitorios para los pobladores... Pero cuando se trata de lo que ocurre en el exterior no se trata de un país de m... sino todo lo contrario.
No pretendo, caso por caso, señalar el empleo de esta amable, si que escatológica imagen del país, pero interesa a través de lo referido señalar cómo hay una natural predisposición denigratoria que no es otra que el producto de una formación intelectual dirigida a la detractación de lo nuestro. El lector no tiene más que hacer memoria, y verificar en él mismo, el continuo uso que hacemos de la expresión. Porque también, yo pecador, empecé de niño fenómeno:
En el cielo las estrellas,
en el campo las espinas,
etc., etc.
Y ya crecidito más de una vez salí con lo de este país de m...
Arturo Jauretche
Roberto Langella de Reyes Pea
inocencio rex