Y podrás conocerte recordando
los versos brotados bajo la luna
cuando yo era siembra de estrellas
y tú eras una candela azul.
Palabras verdaderas y desnudas
con el corazón sujeto a tu cuerpo
nacido en la sed de los silencios
y pintándote caricias en la boca.
En las horas de la hierba alegre
tus divinos ojos me marcaban
con amores de cantos envolventes
en el anhelo de tu pecho florecido.
Y podrás conocerte recordando
tu vida en un sueño de besos
brillando en tu cabello la espuma
de la luna abierta en tus pupilas.