Como es bien sabido por ustedes; yo vivo en una casa campestre en un hermoso pueblo llamado Panaquire y bueno viviendo allì he tenido que afrontar los retos de vivir en el campo, incluso este que les voy a contar, solo les digo que estoy contando el cuento por que Dios es misericordioso y nos ha guardado.
Resulta que mi papà hace muchisimo tiempo sembrò en su terreno cinco àrboles hermosos de mangos para darle sombra al terreno y a la casa campestre y  bueno... con el pasar del tiempo los àrboles han crecido y sus raices se han podrido pero como soy una mujer de ciudad no loe di mucha importancia a esto hasta ahora... antes de esos dias sacaba a mi hija, a jugar afuera y me sentaba alli con mi esposo y ese dia estabamos en la cocina cuando vimos lo que nunca habiamos visto; el àrbol de mangos que esta enfrente de la casa se doblò por la mitad y cayò sobre el techo, gracias a Dios, no estabamos sentados alli y le dio a la orilla del techo... me asustè muchisimo cuando lo v, mi esposo salio con un vecino a partir las ramas, en medio de un aguacero con un machete.
Finalmente lo recogimos despuès de dos dìas  y mi esposo hizo un dulce de mango pero doy gracias a Dios por guardarnos