Somos tan prejuiciosos que nos envenenamos y nos alejamos de lo que podría volarnos el alma. Cada uno con sus alas extintas. Olemos el color y lo rechazamos de alguna forma. Pesa la razón de la existencia. Corremos riesgos constantemente y nos perturba lo que no sabemos.
Somos como espermatozoides buscando el óvulo, somos como un barco aéreo que el porque de su vuelo no se comprende pero no quiere arribar en el océano. Somos monos con herramientas, aberturas al miedo. Somos águilas canguro, ratas y serpientes. El Homo Sapiens no entiende, está más confundido. El Homo Sapiens Sapiens...quien cree saberlo todo, pero no quiere arriesgar, que prejuicioso.