Las expresiones me salvan... (pongamos que hablo de Madrid) Diario.
Publicado en Apr 27, 2010
Las expresiones me salvan del insoportable sopor somnífero y somnoliento de los imparciales. Si yo expreso un "ahora" es porque siempre estoy vivo (pongamos que hablo de Madrid según Joaquín Sabina). Yo tampoco concibo la poesía como un lujo a favor de los neutrales (dicho con otras palabras aún más fuertes por el poeta Gabriel Celaya que en paz descanse) y si en el contenido de mí mismo está la raíz de mis expresiones si expreso un "aquí" es que siempre estoy vivo (pongamos que hablo de Madrid según Joaquín Sabina).
Ya lo decía Don Miguel de Cervantes y Saavedra en su "Viaje del Parnaso": "Son los espíritus tan hidalgos en la plebe, que es menester nuevo reparo para no juzgar que todo Madrid se compone de Señores". "Yo admiro sus fecundidades, habiéndose debido los surcos al afán de los Ángeles, sustitutos del venturoso labrador Isidro, a cuya hijada rinde nuestro español Monarca su cetro, sino que no rindiese la tierra, en vez de estrellas, pues a celestiales surcos, natural era la cosecha de Astros y el agosto de Luceros. Finalmente los Cortesanos del Cielo se preciaron en nuestra Corte de labradores calificando de cielo el terruño de Madrid, y en la verdad después de Madrid, el cielo". De Madrid al cielo pasando por la Vida; que los desfiles ideológicos me desubican siempre por completo el espíritu aventurero y me apunto a las grandes y libres ideas de mis expresiones mismas. Si expreso un "hoy" (pongamos que hablo de Madrid según Joaquín Sabina) es porque siempre estoy vivo. No me importa que nadie se interese por mis interpretaciones de la realidad y el sueño pues me basta y me sobra con mis propias expresiones. Si expreso, por ejemplo, un "estoy" (pongamos que hablo de Madrid según Joaquín Sabina) es porque siempre estoy vivo. Que nunca me llevó corriente alguna hacia los cauces cenagosos ya que siempre he navegado por las aceras madileñas con el único acompañamiento de mi libertad: una irrenunciable idea que jamás la he vendido al mejor de los postores porque no pertenece a ninguna subasta artística ni a ninguna rifa de tómbola diocesana de la vivienda (pongamos que hablo de Madrid según Joaquín Sabina) ni a ningún sorteo de los sentimientos. Ajeno al tiempo. Ajeno al interés. Ajeno al tiempo. Siempre ajeno al interés y al tiempo. Que huyo de todos aquellos que tanto luchan por pertenecer a alguna edad determinada pues sólo ansían ser números identitarios. Números nada más. Identificaciones numerarias para se más o menos jóvenes que el compañero de al lado o el compañero de adelante o el compañero de atrás. Ajeno al tiempo. Ajeno al interés. Ajeno al tiempo. Siempre ajeno al tiempo y al interés simple o compuesto. Lo mío sólo es espíritu nada más. Ni un paso atrás... como señaló Hernán Cortés en la Conquista de México cuando quemó las naves del regreso. Ni un paso atrás. Pongamos que hablo de Madrid (según Joaquín Sabina) que me salvan las expresiones y si expreso un "siempre" es que siempre estoy vivo. Desde la calle Atocha hasta la calle de Curtidores (por poner solo un ejemplo) me voy con la luz de las estrellas entre las cláridas sombras de la luna. Pongamos que hablo de Madrid (según Joaquín Sabina). Y ahora me entra el Sueño y vuelven a salvarme las expresiones.
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