Duración: una semana. Si, una semana.Siete días de mente en blanco, de oír sin escuchar, de besar hasta dejar de salivar.
En esos momentos, lo único que funcionaba eran sus labios mordiendo otros labios. Esos labios carnosos del músico verborreico. Ese músico que sorprendía al interpretar melodías, para luego de un golpe, hacerte volver a la realidad a través de sus palabras vacías, sin sentido, inconexas, carentes de profundidad.
Solo pensaba en volver a besar esa boca; o quizás otra. Ese fucking recuerdo interferido volvía una y otra vez. En un flash, esos otros labios carnosos volvian a aparecer.
Intenta rebobinar y apretar play. Comienza de nuevo. Punto, se da un respiro. Piensa que esto carece de sentido.
Una lucha interna se desata: piel+ mente. Decide piel, qué más da, no es su culpa, simplemente las cosas no funcionaron tiempo atrás.
Solo decide apagar su cerebro, centrifugarlo, disminuir la capacidad de sus oídos, elegir la opción melodías dulces, bajar el nivel de palabras incoherentes; abrir bien los ojos; admirar la efímera belleza de la animalezca superficialidad. Para, finalmente dejarse llevar por ese éxtasis de aquel juego falto de racionalidad.
Aunque sabe que todo carece de sentido, solo cierra los ojos y se dice a sí misma: enjoy !