Olvidada
Como reina destronada
Se encuentra la flor
En su maceta de plata.
Con aflicción recuerda
El amor que antes le profesaban
Regando su tierra y su alma
Con agua cristalina y clara.
 
Añora
Los cantos y la melodía
Que su dueño con alegría
Le cantaba cuando con delicadeza
Sus hojas viejas podaba.
Y ahora de marchitas ramas
Su vestido antes verde
Se entristece... ¡Qué desgracia!
 
Abandonada
A su suerte en la ventana
Ve a la rosa del jardín que juega
Con el aire y el rocío de la mañana
Mientras de sed atribulada
Por el sol es abrazada
Con sus manos de brasas
Que atraviesan el cristal.
 
Desnuda
Pétalo a pétalo
Van cayendo como lágrimas
Dejándola sin alma.
Mientras con tristeza ahora la ve la luna
Que compadeciéndose de su sombría fortuna
La corta con el filo de una estrella
Para terminar con su agonía.