CARTA A TU PARTIDA
Publicado en Apr 30, 2010
Amor mio:
No se como empezar estas líneas porque en mi tristeza no caben las palabras y es que tu partida me ha enervado y ahora solamente el silencio habita en mi corazón desquebrajado. Fue mucho el tiempo esperando que llegaras y cuando llegas, arribas a mi, te esfumas como la espuma elevada por el mar y que chocando contra el viento se vuelve sal, sal que revive la herida que duele, pero duele tanto que morir quisiera. Pero no puedo culparte a ti por mi desdicha, no puedo achacar esta aflicción a nadie, porque yo soy el único culpable de amar con locura, de no saber vivir sin tu aliento, sin tu aroma de todos los días, porque la vida para mi no es nada sin tus ruidos, tus silencios, tus escasas penas y tus muchas alegrías. Y ahora, aquí en el desamparo de la habitación del hospital, no quiero partir porque fue aquí donde pasaste tus últimos días y en estas cuatro paredes blancas siento aún tu presencia, tu latido y esa última mirada que me distes con dulzura antes de marchar. Y no quiero llegar a casa, no puedo llegar allí, porque se que no estarás esperándome, porque se que estarán los amigos y familiares que de buena fe me darán consuelo, pero no quiero el alivio de ellos, te quiero a ti, a ti... y eso ya no es posible. De seguro marchare al barcito aquel donde nos conocimos y me sentare en la mesa más lejana y oculta para ahogar esta pena que me carcome, me consume, me horada pero no me termina de matar, y esperare confabulado con el alcohol a que entres por última vez a salvarme de la soledad como me rescataste en aquella primera ocasión en que no nos dejabamos de ver. Hasta pronto Amor Mio que esta vez no te haré esperar... XXX
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Alfonso Z P
Bueno este ejercicio, Félix.
Saludos: Alfonso
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Guillermo Capece
doloroso tema, donde segun parece, no hay salida. Pero de estas experiencias limites tambien se sale CON EL TIEMPO. Esto que acabo de decir es un lugar comun, pero no menos cierto. El paso del tiempo con el dolor
en nuestro pecho a cuestas, lo cura todo; y verdareramente no nos hace olvidar un gran amor (pues nunca se olvida), pero nos permite SUPERAR la situacion dolorosa, para mirar el mañana con confianza. Y ver que otros amores nos pueden acompañar en nuestro transito.