Los lagartos madrileos toman el sol... (Diario)
Publicado en May 07, 2010
Tarde calurosa. El sol quema nuestra piel morena. La instrucción ha sido exhaustiva y el rancho nos ha sentado a todos como "gloria bendita"... así que ha llegado el momento de tumbarnos contra el paredón, con el peligro de ser "fusilados" por el cabo furriel. Pero nosotros pasamos de los "fusilamientos" del furriel al cual hemos dedicado una canció0n que va a hacer tanto furor como si se tratara de la Canción del Verano. Somos lagartos... mejor dicho parecemos lagartos... tomando el sol.
Cada uno sueña con lo que sueña. Los paletos no saben dónde estamos y los madrileños, en silencio, seguimos tomando el sol, tumbados contra el paredón y cantando la canción de "El furriel cuando se chispa intenta meternos miedo...". Lo que sigue de la canción queda en el sumario del secreto de los madrileños mientras los paletos andan de un lado para otro intentando aprender lo de izquierda-izquierda-izquierda-derecha-izquierda que no lo aprenden ni a tiros. Ayer estuvimos haciendo prácticas de tiro y uno de los paletos casi mata a una vaca... Los lagartos seguimos tomando el sol mientras el "rubiales" se desespera de tanta ansiedad como le entra por poder salir de aquel infierno. Tranquilidad absoluta entre los madrileños. El "rubiales", hecho un manojo de nervios y completamente desesperado, intenta cortarse las venas o eso es lo que se rumorea entre las filas de los lagartos. Hay alguno que otro que en vez de lagarto es lagartija... y vosotros ya me enténdeis... que a buen entendedor pocas palabras bastan. Mientras esto sucede el "furriel" sigue echando chispas intentando saber quiénes han sido los Tres Autores de la Canción del Verano y, para ello, ha introducido al espia del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) entre nuestras filas. Pero todo es silencio. Ninguno de los lagartos abrimos la boca. Algún lagartija intenta, por todos los medios, ser admitido en el Club... pero los del Club no estamos dispuestos a que nuestras novias dejen de hablarnos por juntarnos con lagartijas. Los lagartos seguimos, impertérritos y con la vista, cómo el bajito teniente Jeta pasea ante las chavalas subido en su flameante y fabuloso caballo blanco que parece algo así como el cromo de Napoleón Bonaparte en versión castrense. !Intenta, por todos los medios, castrarnos la moral, pero sólo consigue hacer el ridículo ante las chavalas que pasan junto a él abrazadas a sus novios y riéndose a todo placer!... mientras los lagartos madrileños seguimos tomando el sol. Historias. Nos contamos historias los unos a los otros. Algunas son reales y verdaderas. Otras son sólo pura ficción. Pero esto es la famosa Escuela de la Vida. Así que Meca me pide que charlemos de cosas intrascendentes... pero yo sólo estoy aquí, tumbado contra el paredón, tomando el sol y filosofando con mis pensamientos. Meca desconoce la existencia de Ella y me ha debido confundir con un pensador metafísico. Si supiera Meca que mi metafísica tiene cabeza, cuerpo y extremidades superiores e inferiores... por eso es por lo que le tengo que decir que no... que bastante tengo yo con conseguir que el cabo "furriel" siga sin saber que soy uno de los Tres Autores de la Canción del Verano. El del SIM se esfuerza inútilmente. Algunos hasta creen que soy yo el del SIM. !Vaya ignorancia!. Por supuesto que pude haberlo sido pero me negué en rotundo a chismear sobre la vida privada de mis colegas. Yo bastante tengo con que el verdadero espía del SIM no descubra que yo soy uno de los Tres Autores. Los lagartos madrileños seguimos tomando el sol... mientras los paletos andan a la greña por formar parte del equipo de fútbol de la compañía. ¿Y qué me importa a mí el equipo de fútbol de la compañía si sólo estoy aquí tomando el sol, soñando con Ella y con mis historias fantásticas... unas historias que hacen que Manolo se enemiste conmigo?. !Vete a Australia a besar a los canguros, Manolo, por favor y deja de molestarme porque no la vas a conocer!. Manolo no entiende que ciertas cosas son inconfesables e intrasferibvles: por ejemplo los besos en la boca a una chavala fantástica. El cabo "furriel" Belinchón no hace más que entrar en la cantina a beber y beber hasta perder la conciencia con tal de poder olvidarnos. Somos los rebeldes de la Tercera Sección. Rebeldes con causa justa por cierto. Mientras tanto el teniente Jeta sigue haciendo el ridículo ante las chavalas madrileñas, el capitán González, astuto como los camaleones, se hace el mudo y el flacuchento y blancuzco alférez de la "nueva escuela" no tiene ni idea de cómo se debe de tirar una granada de mano a las filas de los enemigos. Así que no me toca otro remedio que enseñárselo, con los tres tiempos bien marcados, para que salga de Alcalá de Henares con algo aprendido por lo menos. !Díles algo por favor! me suplica Jeta y yo voy y se lo digo a los paletos mientras los madrileños siguen guardando silencio. ¿Qué es la bandera?. Todos los paletos se quedan con la boca abierta y a alguno le entran moscas y estornuda. !Muy buena pregunta! se exalta el teniente Jeta. Yo me siento de nuevo a tomar el sol y a guardar silencio. Desconcierto general. Los troncos del anochececer siguen llamándose a voces. Tienen la cabeza grande y el corazón pequeño pero son tan inseparables que se buscan todas las noches para poder consolarse el uno junto al otro. Los lagartos madrileños seguimos tomando el sol... A veces aparecen y desaparecen gorras verdes... gorras verdes que parecen como guisantes gigantes con visera. Como si estuviésemos viviendo en el famoso Cuento de Juanito. ¿Juanito?. ¿Quién es Juanito?. Nadie de los madrileños respondemos porque seguro que es el del SIM. Así que ninguno de los paletos sabe responder bien a mi pregunta de qué es la bandera. Muchos se devanan los sesos cuando, al fin y al cabo, la respuesta es tan sencilla como decir que es un símbolo. Símbolos extraños al anochecer. Como si los ojos del espía del SIM nos estuviese vigilando atentamente a ver quien se va más de la cuenta. Algo así como la pesadilla de El Gran Hermano de la Televisión. Los madrileños seguimos tomando el sol... soñando con nuestros sueños mientras yo canto, para mis adentros, lo de "Quince años tiene mi amor". Y mi padre, tan serio siempre él, se está partiendo de risa por dentro ante la cara estupefacta del padre de Meca y la desolación de éste. No. No estoy aquí para ser canguro de nadie, sólo soy uno más de los lagartos que toman el sol. Que sea Manolo el que haga de canguro si quiere... pero no... no la va a ver a Ella. Es por eso por lo que está tan enfadado conmigo. Las gorrillas verdes siguen desapareciendo pero resulta que al final me encuentro con la mía y con la de otro. Buen negocio. Reventa a la vista. No. No soy ningún reventa y la que me sobra la regalo porque yo, como pasa con las chavalas, sólo me conformo con la mía nada más. Todos estamos pensando en la Jura de la Bandera y cuál será nuestro destino final. Desconozco algo... que mi destino final está ya señalado junto al General Gordejuela. Pero la noche de los lagartos es inolvidable. El oficial está muy enfadado porque le he mandado que me toque las castañuelas porque hay uno que canta flamenco que da gusto. El oficial está tan enfadado que me quiere encontrar para dejarme allí otros tres meses más como le está pasando al Repetidor. Gresca en la compañía. Los rebeldes de Madrid no están dispuestos a consentirlo. Y a todo esto, en la compañía de enfrente, hay un cantante profesional que se ha casado con Mís Universo o no sé qué clase de mís es. Eso es verdad. Es historia y se publica en las revistas del corazón. Me importa menos de lo que se cree él. En realidad no me importa nada de eso en absoluto y por eso no intento recordar sus nombres. Al fin y al cabo la fiesta me parece que le duró solamente un par de años nada más. Peor para él. A mí esas historias no me interesan. A mí lo que me interesan son las historias de los héroes y las heroínas de la Antigua Grecia mientras estoy al servicio del General Gordejuela. Vuelvo al pincipio para terminar. Los lagartos madrileños estamos tomando el sol mientras Belinchón se emborracha para olvidar a los Tres Autores... no estoy interesado en el equipo de fútbol de la compañía aunque me lo pide mi amigo de Puertollano. No. Yo para jugar al fútbol tengo más que suficiente en el pequeño patio que hay detrás del caserón. Y es que soy de los Rebeldes con Causa de la Tercera Sección. Mi amigo de Puertollano me comprende y lo entiende y es por eso por lo que manda ha hacer gárgaras al bajito y cabezón cuyo nombre, como Don Miguel de Cervantes y Saavedra, prefiero no acordarme. ¿Qué importa una "chincheta" más o menos como él en aquel paredón donde estamos tomando el sol los lagartos madrileños guardando silencio... silencio... para que nadie descubra, sobre todo el del SIM que entre ellos estamos los Tres Autores de la Canción del Verano?. Vuelvo a introducirme en mis pensamientos: !Quince años tiene mi amor!. Y eso. Simplemente eso es lo único que me importa del Servicio Militar Obligatorio mientras estudio historias de Mitología Griega al servicio del General Gordejuela. Todavía queda alguien que recuerda aquello de la Canción del Verano de aquel año inmemorial que ahora se me pierde entre los recuerdos junto a Ella. Porque, de verdad, Ella es lo único que me importa del Servicio Militar Obligatorio mientras los lagartos madrileños estamos tomando el sol esperando que el furriel Belinchón no nos "fusile". Y siempre, a nuestro alrededor, los paletos intentando comprender... y los troncos buscándose el uno al otro todas las noches para poder dormir juntos y olvidar la pesadilla.
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