¿Hermano, hermana...quieres perder tu alma?
Creé en el Dios que te han inventado, en el todo poderoso, contradictorio, autoritario, veleidoso y castigador; amo y señor de la creación. Nutre tu hipocresía formando parte de una religión, haz caso al dogma con vehemencia ciega, creé en los voceros de tu Dios, sacerdotes, pastores, o jerarcas espirituales. Vuélvete al ritual (comulga, memoriza la biblia o cualquier libro sagrado), se un fanático, y piensa pero con ferviente fe, que tu grupo religioso es poseedor de la única verdad. Mata a los infieles, a los apóstatas, a los herejes, y cierra tu conciencia a la memoria histórica que te grita muda todas las atrocidades que se han hecho a nombre de lo sagrado; síguete creyendo que son el pasaporte a la salvación. Piérdete en el miedo del pecado y créete la fantasía de eso que llamas vida. Confía en el altruismo y visiones mesiánicas de tus gobernantes, pega en tu mente las insignias y colores de un partido político así como una bandera. Se buen patriota, ve a conquistar, a robar la riqueza ajena, mata en nombre de la superioridad de raza, de cultura, o por la causa del disfraz de los nuevos colonizadores; la democracia. Defiende a tu patria contra el enemigo potencial de moda (verdadero o creado). ¡Cierra los ojos a las injusticias, cállate, sigue dormido! Tómate la píldora de la felicidad que tienes a tu alcance como oferta de este día, creación de las inmensamente poderosas industrias poseedoras de la riqueza y de tu vida.
¿Cómo sabrás que la has perdido?
Notarás que no puedes estar solo, tendrás miedo a la oscuridad, te enfrascarás en relaciones tormentosas, siempre cargarás con tu pasado, te angustiará tu futuro, jamás disfrutarás el instante eterno del presente. No sabrás quien eres, ya que tu identidad siempre la ligarás con algún objeto. Darás la vida por tener riqueza y posición social; porque los demás te reconozcan. Serás competitivo y eficiente, excelente. Tendrás una familia ejemplar o eso querrás aparentar. Necesitarás de leyes para coexistir, depredarás tu entorno sin importarte nada, te volverás vanidoso y vacuo, ferviente consumidor, serás asiduo visitante a los templos del deleite, adorador del vicio; con el afán de arañar la espiritualidad. Esclavo del sexo, jamás te comprometerás en el acto de amar. En un instante de cordura te darás cuenta que tu vida no es vida y un día sin más te sentirás vacío. Atormentado, en algún instante sin esperanza, irás al encuentro de tu muerte.