Pobres barriletes, pobres...
bautizados con idiomas idos,
Tarasca, Tacuarita, Tridente.
Engrudo de pan frustrado,
cañas recogidas en el cañadón,
diario, siempre diario viejo
de juventud instantánea.
Cola corta de trapos impresionistas,
con un arma letal pendiendo,
penando, penitente y filosa
hojita de afeitar...
Vuelan furiosos por el aire
viernes, vientos de primavera.
Disputan su guerra de coleadas,
destreza, estrategia que estremece ,
sutil manejo pendiente de un hilo,
como la vida...
Sólo uno queda.
Flotando sin calma.
Los demás... inician en lento descenso,
bailan una extraña danza.
Cadencia decadente,
con sus cabezas gachas,
 se suspenden sobre las ramas
desnudas, de otoño.
Austera tarasca trinfadora,
disfruta el encanto de muchacho,
efímero...