Junto con mi Ángel de la Muerte
entre ella y yo en búsqueda sobre ocasos que graznan
los ángulos del hades.
Ella me cabalga de forma infernal
y yo funjo como un dragón sin decoro
acariciándole el alma bajo su falda, donde anida su núcleo.
Ella ha vaciado el interior de mi pecho en las letrinas del cielo
y se lo bebió como un barquillo en primavera
con la frescura de junio.
Surcamos el liquido cielo en busca de almas en fuga
para guisarlas como tentempié de un Sabbath
de un pic-nic en la mañana con unas nubes moradas
y entre la urbe en pánico, pues cocinaremos un pastel de carne.
Deambulamos el largo camino
hacia el Xibalba y contemplamos desde los aires de fuego
el largo desfile de la gente que tomo como suicidio opcional
un maldito Lunes gris, y la anorgasmia de un amanecer sin letras
un amanecer sin ti.
Mi Ángel abre el sarcófago y en mi pecho entran algunas ánimas
que serán para darle volumen al pastel
para que no se desinfle, todas son masculinas
para darle huevos a los que se tomaron en serio la opción de despertarse
una nublada mañana...y antes que desayunar...decidieron morir.
Desembarcamos en el rio Estigia
ahora yo soy una serpiente de aguas saladas, un reptil de dotes necrófagos
ella solo arranco una escama y me penetro los ojos para despertarme el amor anfibio
y así poder navegar sobre las olas bravías donde los niños muertos
huérfanos, víctimas de la guerra juegan a la libertad.
Ella los atrajo con la dulzura de su cuello -porque el de ella, también es un cuello que canta-
y yo les abrí las puertas de mi carne  diciéndoles que el único descanso está en mi estomago.
Arrancándome un colmillo e incrustándolo en mis muslos
ella hace que me transmute en un cómodo
para andar por tierra y terminar la búsqueda de los otros ingredientes en él Pandemónium;
brujos solitarios para las velitas
cuernos de demonios para gorritos de fiesta
diablos pequeños como salsa barbecue
los 7 pecados capitales como música para bailar
a Nerón para que encienda las velas
a Nabucodonosor para que guise los filetes
Judas Iscariote como comediante indie
Hitler como dirigente del Valls
las tripas de poetas malditos como confetis
y a mi abuela porque hace un mole para morirse.
Sazonamos todo en el caldero de Espectra
en los adentros una orgia de sabores ardían,
y aullaban
y gritaban
y se lamentaban lacerando su pasado con pimienta y remembranza con aceitunas.
-Invisible-decía Espectra, con mirada perdida.
Agregue más almas...las +únicas cuatro que me quedaban...-o séase yo, y mis otros tres yo.
-Incoloro-ahora canta.
Mi Ángel de la muerte agrego la sangre sublime de la prosa que repta de sus manos
es solo una maldita rosa que quiere morir.
El tornado carmesí y espumoso no parece convencerla...
¿Qué le falta?
¿Qué se nos olvido?
-Algo necesita...es muy pequeño, necesitamos algo monstruoso, que vomite negruzca tinta
que haga convulsionar los ojos de poetas sanos, que blasfeme libre de reglas
de la prosa bélica con hibrida tez, además de un frío siniestro que clame sodomía
sin necesitar escenas finales, que clame besos cerca de su cuello y pida que se repita nuevamente mientras escribe,
esto le dará lo deseado- dijo Espectra...y sin bacilar...nos arrojo a mi Ángel y a mí al caldero
y nosotros danzamos en sabor la danza pagana del hambre sobre su lengua.