Responsabilidad
Publicado en May 24, 2010
Estamos en una sociedad muy acostumbrada a buscar culpables y chivos expiatorios para todo. En las familias, las empresas y organizaciones en general, muchas veces al surgir un problema lo primero que hacen algunos es buscar el culpable.
Hagamos una distinción: Una cosa es Responsabilidad y otra es Culpa. Es muy distinto decir “soy culpable” a decir “soy responsable” de esto. La palabra “culpa” lleva una fuerte carga de rechazo a la persona, de recriminación, crítica y juicio, rechazo por lo que es, no simplemente por lo que hizo. Según el diccionario de la Real Academia, culpable es “la persona a quien se imputa una acción u omisión ilícitas por haberlas cometido de forma deliberada o con negligencia de sus deberes”. Cuando hablamos de culpa, la vinculamos a lo malo. Muchas veces se cree que la persona hizo algo mal a propósito por ser “malo”, mala persona, mal trabajador etc. Por el contrario, cuando decimos “responsable” la carga emocional que conlleva es menor y el acento está en las acciones, no tanto en la persona; o sea, hizo algo mal, no es que esa persona sea mala. Cuando decimos que somos responsables, implica que respondemos por nuestras acciones, asumimos que nuestra acción tuvo una consecuencia. Al sentimos culpables nos anclamos en el pasado. Cuando decimos que somos responsables de una situación, eso lleva implícito que haremos algo al respecto. La responsabilidad nos enfoca en el presente y el futuro, nos impulsa a la acción. Cuando se le dice a una persona que ella misma se ha generado una enfermedad por el manejo de sus emociones, por ejemplo, puede sentirse culpable. La culpa implica rabia contra nosotros mismos por no haber hecho algo mejor; y la culpa enferma también. Muchas veces nos sentimos culpables cuando nos vemos un defecto o un comportamiento que desde hace tiempo hemos querido dejar. Cuando nos culpamos nos juzgamos y rechazamos a nosotros mismos, y entonces tenemos menos energía para mejorar, para tomar acciones más positivas y sanar. Cuando culpas a tu pareja o a tu jefe por algo que te pase a ti, estás poniendo en sus manos todas las causas de lo que vives; es como decir que no tienes ningún poder sobre lo que vives. Piensa más bien qué puedes aprender de ti mismo en esto, y qué puedes hacer para cambiar la situación. La idea tampoco es justificar acciones de otros diciendo “bueno, si me está pasando esto es porque yo lo creé, por algo me pasa esto” y quedarse sin tomar acciones. La idea es ser responsable de nuestras vidas, asumirla. ¿TE GUSTA LO QUE ESTÁS VIVIENDO? ¿QUÉ PUEDES HACER PARA CAMBIARLO? ¿QUÉ CUALIDAD TUYA NECESITAS DESARROLLAR? ¿LA TOLERANCIA, LA PACIENCIA, EL SABER PONER LÍMITES, RESPETARTE…?
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