Envenenada rosa que se escurre por las sabanas
que calla sus gemidos
que aromatizan el crimen
que enamora y sorprende a la blanca virgen
cuando se le otorga este altar
en tus pétalos queda como oxido
la mugre de los hombres que tuvo la noche anterior
su acompañante se ensancha de hacerla fluir en vino tinto
de añejado -¿?- "tesoro"
sin pensar que son tus lágrimas que gotean veneno
rosa de hipocresía.
Envenenada rosa que limitas la dirección
y censuras los lamentos de tu piel satín
que escondes el infierno y la perdición
en la ternura de tu belleza que se vende más en los panteones
que en florerías de un jazz-café
prostituta
más barata y fácil que la muerte
te dices la cómplice perfecta de un caballero
y te prestas a enraizar una cama de tu carmesí velo
rosa roja, rosa blanca, rosa amarilla
flor menstruación, flor semen, flor orina
mediocre deceso
porque tu caballero te barajea
tus hojas, son cartas con imágenes obscenas
la sucia mentira desnuda y con poses sugestivas
y el comodín es la perfecta esencia de tu centro
tu caballero
pensando en la apuesta del congal
estúpido detallito eres, cual juego de azar.
Envenenada rosa
orgullo del amor y envidia de la mala hierva
citada en el cielo, dulce honor en la poesía
hoy
solo eres una ramera más
muerta por el mismo veneno
en un mismo hotel
por los mismos delincuentes
otro delito que nadie perseguirá
bendita la virgen que sorprendiste
que no es más que una impía harpía hipócrita: mascara Jezabel
y aquel caballero venerable
santo eyaculador luciferico: Abramelech