2da Ronda: Como una no es ninguna... Écheme uno doble cantinero.


"El abandono y la tristeza;
no son un pretexto para beber que hace que todos se asqueen
y te pierdan el respeto en un instante...¿qué importa?
Es mejor decir voy con los amigos por unos tragos y además
para distraerme de esta fueza que no me aguanto y sí,
me harta, pero más me arde como simple y benigna justificación blanca
para no preocupar a la madre y beber hasta la mañana o a morir...
 como sea, hasta que el cuerpo aguante hasta la madrugada
o hasta en la tarde-escribí en el transcurso de la vagancia,
cuando se me atraviesa una masa voraz con un letrero,
tendrá ya años luz que dice; "Centro botanero Cervecería de la Esquina"
 
Suenan los cristales
como galaxias que chocan, se vuelven líquido
los hielos planetas y el cantinero un Dios.
Los sones huastecos a tope le zapateyas a la barra
otro litrito más, rico pulque
ambrosía de los guerreros, manantial de los dioses aztecas
                        sangre miel
                        agua dulce.
Suspendidas estrellas surcan las mesas, de todo tipo de seres,
los que beben por machitos -porque las mujeres son de Venus...
y los hombres... de Kriptón- El viejo mudo que canta y baila para el público,
ido, desolado, fugaz estrella sucia y sin rasurar.
Los típicos galanes que acechan a las meseras, y los utópicos
-distantes de la realidad- donjuanes que las defienden
y terminan inconscientes en la banqueta después de la tópica riña
-pelea de polos, norte y sur, jab izquierdo y puñetazo derecho-
porque son de Marte y los otros marchitas tierras que vagan sin luz
ni calor propio -por eso la urgencia de ser héroes... dentro de su utopía-
El acordeón; la gama nebular de los agazapados murmullos
en la relatividad del muro frente a la barra con la fila eterna
de botellas sin nombre, sembradas ahí desde el big bang de seguro,
y que nunca se han movido, verlas es como ir y venir a través del universo
en 18% de años glup... glup... glup... glup... hup! -hipo-
Están los chicos burgueses conectándose desde un Iphodka tónico
para beber en línea estos son terrícolas de seguro... banales.
La belleza de la improvisación como un buen acid-jazz
de la espontánea adolescente adicta, sedada por seis pases,
su cuerpo a medio dormir se niega a caer sosteniéndose
del tremendo escote y su relleno -por supuesto- qué poderío
de gravedad anclada a la mesa...¡dos Júpiters carajo!
-ella no puede ser mortal, desciende de un plano espiritual,
¡oh! qué hermoso ángel adormecido por sus polvos,
o las plumas de sus alas que siempre son tan speed,
un crack de meteoritos que se inhalan en el reflejo oscuro
de los astros muertos o de los pedazos rotos del espejo
ennegrecido de tormentosos iones del centaunitario de damas,
quebrados por explosiones de cuando los planetas colisionan
por un polvo de ángeles... o bueno, por los pedazos tirados
del espejo oscuro por grafitis en el sanitario de damas,
por una pelea a causa de cocaína, también eso podría ser-
La mujer que jamás se ha casado -intuyo, pues lo finge
con un anillo falso del qué viene como empaque,
como sello de seguridad en cualquier botella cara-la veo,
es presa fácil, todo el tiempo acaricia su cabello y bebe una cuba
con la misma mano ella brilla, nos candila, ella y
su "supuesto" compromiso que incita a hablarle y escuchar sus penas
a cambio de una visita al baño, tierna Saturno,
al final sólo es una viuda negra interestelar presuntamente casada
que busca sentirse mujer en ceniceros interminables,
hoyos negros que se es-fuman en espasmos...
Al fondo los cobardes de Plutón -sin ser planetas claro,
sólo insignificantes rocas- del que brinda por la mujer que se le fue,
y el otro maricón por su madre que se quedó, encima,
se odian y no se miran de frente por contrapunteo mutuo,
pero al final es el mismo brindis; si el que brinda por su madre,
hubiese buscado más la vida dura sin enriquecer los caprichos
de su mami tendría la seguridad y no sería maricón,
y si el otro hubiese hecho más caso a la sutileza
que sólo una madre puede dar,
y no hubiese andado tanto en las calles, seguro hubiera
lazado de por vida a la que se le fue -ahora entienden lo de rocas,
digo, por la habilidad de pensar-
Veo a la mujer  que desde su balcón espera ver un cometa fugaz
y ponerle un lazo, y que él le de su apellido,
piensa que la estela de fuego que deja, es porque está hirviendo
por tener un compromiso, ¡qué va! mediocre pescadora de astros
y planetillas sin vida -y de seguro, sin auto estima- el telescopio
no es más que sus ganas de no quedarse solterona
y ser astronauta para ponerle la bandera en la capital del pecho
de cualquier planeta enano de gravedad inofensiva
"este es un pequeño paso para llegar a un hombre-preñarse a propósito-
pero un gran salto a su menopausia"-ambiciosa que sólo busca
registrar a cualquier cometa caliente, ¿y qué le queda? nada,
sólo entregar su cuerpo... celeste, no es más que una fumarola de Titán-
Astrónoma busca maridos, no tiene nada de amor a la ciencia,
sólo a su necesidad necia,
¿qué querrá, a Kubrick filmando la boda y listo?...
¡Houston tenemos un poema! 
Armstrong como el sacerdote diciendo: juras enfriarla, y destaparla,
hasta que la cirrosis los separe... ¡salud! y el clásico: ¡¡¡ahhh!!!
Lanzan las corcho latas, quien las atrape, está condenado no a casarse,
 sino a ir por la siguiente ronda, aunque sea tarde.
Yo, yo no soy nadie, el simple satélite descarrilado
de algún basurero espacial de cualquier
atmosfera negra, menos que la gelatina espacial que dejan regada
en los retretes los que ya no aguantan nada,
y en este uni-BAR-so no ocupo ningún lugar pero me acogen bien
los del escuadrón de la muerte,
aquellos que ya sólo esperan el deceso por su propia adicción,
y qué mejor que esperarla: sentado, cómodo y bebiendo.
Ellos son oriundos de Neptuno -ya saben, por lo de
siempre andar en el agua- y bebo sin reproche y sin sentirme nada,
ni nadie.
Torpe el que dijo que era malo beber otra,
que ya se había bebido demasiado -por la leyenda que tiene inscrita
este sistema solar en la fachada frente a la barra
"que la penúltima sea la última ronda que has de beberte,
es mejor escaparte, puede que la última te la sirva la muerte"
si yo no hubiera pedido la siguiente estaría extraviado,
sin órbita y sin quehacer.
Pero al pedir la siguiente ronda, me encuentro con la mesera
de prominentes caderas y de lindura embriagante,
me pregunta si deseo otra, afirmo con la mirada.
-¿Que quieres ahora?... ¿qué te sirvo?
-A ti... con una buena cerveza- me sonríe coqueta,
le entrego el embase con toda la muerte colgando de mis carnes
que tambalean en todos mis polos, en cada uno de mis extremos.
-¿Crees poder? ¿No será demasiado para ti?-dice con un susurro.
-¡No! me he muerto más de lo que he bebido aquí-
respondo con un etílico tono suave.
-Yo no me refiero a eso,
¿podrás con lo que viene acompañado de la cerveza?
Tú no lo sabes, pero brindar con ella no es como con cualquier botella,
es una bebida sólo para gustos muy expertos-dice mientras juega
con mi cabello, con el afán de husmear lo que se ha escrito
en mi libreta, supersónico cielo sin luceros.
-¡No te preocupes! que puedo ser de pluma chica pero,
de poesía desbordante e infinita, además
de un dulce e hirviente éter-le tarareo al oído y ella anda por la bebida
danzando e iluminando la galaxia con sus pronunciadas caderas
y sus cosmogónicos muslos, nativa de Urano de seguro -suspiro-
y es aquí donde me siento un pequeño Mercurio,
cerquita del sol, así, así de calientito.
Uno de los Neptunianos dice:
-Por esto niño Híbrido, por esto sí, sí se hace brindis... ¡Salud hijo!
-¡Salud señor!-y estallan las copas...
"Todas las demás gentes de este Uni-BAR-so,
sólo las que alzan la copa en lo más alto
al ritmo de huapango, son estrellas brillantes que parpadean
hacia los faros huecos de la maraña...
... los que nada más fuman extasiados, son la masa negra de este universo..."
-Tardaré, ¿me esperarás?-pregunta cuando trae la copa.
-¿A dónde he de ir? si aquí tengo bebida para poderme entretener
y tu mirada fugaz, como estrella, lo mejor para poder acompañar
la siguiente ronda que me espera...
-sonríe, y se enrojece, cual supernova y aún no hacemos el Apolo 69.