LA VENGANZA DEL ATEO
Publicado en May 31, 2009
LA VENGANZA DEL ATEO
El infierno no existe como no existe el cielo, pero si existiera te enviaría allí por hipócrita y traicionera. Te llevaría a un lugar subterráneo habitado por las sombras de los muertos, para dejarte en medio de alaridos, eructos y blasfemias horrorosas. En ese abismo de fuego inacabable te humillaría sin tregua y sin medida hasta escuchar tu llanto y tu crujir de dientes produciendo terribles maldiciones. Como sierva de los reinos de ultratumba te rodearía de monstruos y deformidades, con cabezas de once rostros, o sin ellas, y cuerpos leprosos con alas de murciélago. En los bordes de tus partes genitales te haría emponzoñar por abejorros, avispas, moscardones y abejas africanas, lo mismo que por negros escorpiones. Te aplastaría los ojos y los sesos antes de hundirte en sangre putrefacta y en piscinas de estiércol nauseabundo donde nadan sifilíticos obscenos. Te pondría zapatos fabricados con plomo derretido, hirviendo, y te haría ingerir perpetuamente tripas de sapo y piel de basilisco, mientras hurgo tu culo con las astas de mi tridente oxidado y retorcido. Te tornaría en reptil o pájaro sin plumas, te insuflaría la sarna, el sida y la viruela, y quemaría tu rostro y tus axilas con pedazos de hierro puntiagudos. Te abriría la boca con tenazas para obligarte a beber lo que vomitan los demonios indigestos y borrachos, alimentados con vísceras humanas. Te haría eso y mucho más que no cabe decir en estas líneas, hasta quedar satisfecho y resarcido del escarnio que sin razón me diste. Todo en nombre de ese Dios que alabas y que tampoco existe, como no existe el amor en tus entrañas, la bondad en tu pecho endurecido, la razón en tu cerebro inane y el alma en tu cuerpo de gallina.
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Verano Brisas
angela
Ignacio Salinas
Carlos Campos Serna
Muchos saludos, poeta.