Días de los Padres Mágicos. Infancia de ilusiones pero muy pocos regalos debajo de la ventana junto a los humildes zapatos comprados en Segarra. Llegaban muy pocos regalos porque bastante tenían mis padres con poder alimentarnos con el Cola-Cao; bastante tenían mis padres con educarnos lo suficiente como para decir buenos días, buenas tardes y buenas noches al entrar en algún lugar o casa del vecindario. !No había para más!. Así que las bicicletas no eran, para nosotros, ni para el verano ni para el invierno ni para ninguna de las cuatro estaciones del año. Por eso no monto yo en bicicleta. A cambio de ello siempre me regalaban mis queridos Padres Mágicos do o tres pequeñas "pulgas" de edición minirelatos, novelitas ejemplares nada más, para autoinstruirme y comenzar a "soltar la pluma". Por eso no teníamos bicicletas... pues éramos de la clase media tirando a baja sin ser tan baja o tirando a alta sin ser tan alta.

Si eras de la clase alta tenías bicicleta más monopatín. Si pertenecías a la clase media alta tenías bicicleta. Si, en cambio, formabas parte de la clase media baja, te regalaban el monopatín y si, por mala fortuna te tocaba ser de la clase baja, no tenías ni bicicleta ni monopatín. Claro que a mí me daba lo mismo. Yo era feliz con mis "pulgas" y jugaba al ciclismo tirando los tres dados al aire; no para comprobar si existía Dios o no existía Dios como hacen algunos científicos algo "chiflados" sino para dar los puntos a Luis Ocaña, a Zimmerman o al humilde Armand De las Cuevas simplemente. Que lo difícil no es lo que hacías tú, Bonifacio (venga caerte de la bicicleta y estar media temporada completamente escayolado)... ni tampoco correr un MAPOMA de Madrid que eso lo hace hasta un inválido en sillas de ruedas. ¿Acaso darse trompazo tras trompazo con la bicilceta o terminar un MAPOMA tiene mérito alguno?. No. Lo meritorio era entrar en la meta de Las Últimas Noticias con la sonrisa siempre bohemia o pasar por las favelas latinoamericanas del Padre Fray Bartolomé de Las Casas (en Quito pienso) y salir vivo e indemne de allí fuese por la mañana, por la tarde o a altas horas de la noche.

Ya sabéis todos y todas por qué no monto yo en bicicleta. Muy sencillo. Porque es más cómo y, a la vez, más peligroso, ser el copiloto del automóvil que maneja Ella. Y, por cierto, cambiando de tercio como hacen los buenos toreros, !cuánta gente se burló de José Luis Rodríguez Zapatero por decir que un café costaba 80 céntimos ante la pregunta de un "tonto útil" vasco proetarra!. Pues se equivocaba, una vez más, la mayoria de la masa alienada. En el momento en que le preguntó el "listorro" proetarra ¿cuánto cuesta un café? era totalmente cierto que en muchísimos bares, cafeterías, cantinas, tascas y hasta restaurantes, valía 80 céntimos y aún hoy, en día 16 de junio de 2010 (y ya ha llovido bastante desde entonces) aún quedan algunos lugares donde el café solo sigue valiendo 80 céntimos nada más. Yo, al menos conozco dos sitios y no me importa decirlo. Uno es el Bar Paquito de la localidad murciana de Alcantarilla. El otro es El Hogar del Pensionista de la localidad murciana de Las Torres de Cotillas. !Así que imagináos en cuántos bares, tascas, cafeterías, cantinas, residencias y hasta restaurantes de España, quizás todavía sigue costando un café solo 80 céntimos nada más. Y que conste, señor vasco proetarra, usted tan inteligente que se las da, que en los tiempo de su abuelo Patxi lo máximo que podría costar un café solo sería, como mucho, cinco céntimos. Y eso como mucho.

Bien. En definitiva, las bicicletas son para el verano pero nada más que para quienes les sobra el dinero suficiente como para poder comprarse una. Ya sabéis por qué no monto yo en bicicleta (no por tener miedo a aprender cayéndome dos o tres veces al suelo que eso no me da miedo) sino que el bolsillo de mi padre (mi madre no trabajaba) no daba más de sí. Ya he cumplido. Que sí que sé un montón de cosas sobre el Ciclismo Profesional aunque no sepa montar en bicicleta... que hasta había un equipo ciclista de la ONCE. No. No os volváis a equivocar una vez más, que váis continuamente de error en error. No era un equipo de ciegos. ¿Cómo puede correr un equipo de ciegos el Tour de Francia por ejemplo?. Imposible. Tampoco quiere decir que corriesen el Tour de Francia con once corredores. Otro grave error si pensáis eso. Claro que como interpretáis tan mal las cosas hasta puede que alguno que se las dé de listo diga esa barbaridad. No. Para poneros en conocimiento de causa: antes los equipos cicilistas profesionales corrían el Tour con un total de diez ciclistas por cada equipo... pero desde hace ya bastantes años los equipos ciclistas, en el Tour, corren con un total de ocho corredores por equipo. !Y ya está el mágico número 8 presente en mi memoria!. Que lo que resulta, y es verdad, es que había un equipo de ciclistas profesionales que corrían con el anuncio de la ONCE (o sea, Organización Nacional de Ciegos de España). !Y ya sabéis por qué no monto yo en bicileta!.

Para mí, a pesar de que es más peligroso, no me asusta ir de copiloto en los automóviles y ahora... cuando llegue la hora oportuna... !A comer!... como dice la Doctora Rana Conway en Pearson Educación S.A. desde el año 2008. Eso. A ver si aprendemos ya lo que es el respeto y la educación hacia las clases más desfavorecidas.