¡Mamá!....en un mundo maravilloso, en un lugar celestial.
Publicado en Jun 27, 2010
I
Mamá...Mamá... La Rosa de tú nombre abrió en tu pecho, manando la esencia de la vida, dejando tu cuerpo frio. ¡Mamá!... ¡Mamá!... La Rosa de los tiempos se llevó tu alma dejándonos, huérfanos de tu amor. Rosa roja, Rosa purpura que sembró cinco retoños, convertidos ahora en arboles de vida. Rosa amable, Rosa soñadora, Rosa sembradora de sueños, en las mentes febriles de tus hijos, sedientos de cuentos y aventuras. Hoy los recuerdos resurgen, de las alforjas de la memoria, como sombras misteriosas que deambulan por los Cáchales. El sapo cuerno emerge como visión apocalíptica, cerrando un ciclo de angustia y sufrimientos, redimiendo las nuevas generaciones de miedos y tormentos. El León rabo negro; El león Coronado; Tigre, onza y león; Azabache y Mocho; La Montaña de Almendra; Melenito...... Palabras que fueron pinceles, dibujando un mundo de ensueños. Mensajes profundos, lagunas de fantasías, tardes felices. Manantial de sonidos y colores. Imágenes que cobraron vida, bañando de nostalgias el ayer. Mi delirio, una quimera hecha realidad donde el sudor de tu frente, se mezcló con el barro, la caña y nuestra alegría, para levantar un Rancho de ilusiones. Hoy tu espíritu se esparce con la Rosa de los vientos, como las virutas de humo que veo levantarse del hacho de leña, persiguiendo la brisa de la tarde. II ¡Madre!...Ayer tu jardín amaneció florido, y sobre el matizado de tus flores, ondulaban mariposas; amarillas y monarcas, como serpentinas al viento. Ellas que juguetearon contigo, cuando eras niña y muchacha, cuando soñabas con tener hijos, en la Montaña de Santa Marta, llegaron tristes hasta aquí, volando de flor en flor para acompañar tu alma, en un vuelo multicolor. Mensajeras del tiempo, traen el rumor y el canto, de las aguas cristalinas del pozo de los cuyacos. ¡Mamá!...El aurora de tú nombre, despertó de mañanita para abrir las puertas del cielo, mostrando de par en par las hojas sagradas del libro de tu vida. Los sabios no encontraron, enmiendas ni tachaduras, Y la mostraron al pueblo diciendo: ¡El que esté libre de pecados que lance la primera piedra!. El sol brilló intensamente sobre el jardín de Carabobo. La bóveda celeste, fue un manto azul cielo, donde los ángeles tocaron su trompeta y, un carruaje tallado en madera de caoba, con arabescos y flores, abrió sus puertas, sobre nubes blancas y arreboles. ¡Papacruz! ¡Mamarosa! ¡Abuelos! Sus nombres en una oración, cruzaron el umbral clamando su presencia. Toque de trompeta, armonías agudas, relámpagos en el cielo. Nimbos grises y oscuros anunciando tempestad. La muerte que avanza, la angustia que aflora. Corceles marchando bajo sutil llovizna, almas que irrumpen de llanto y tristeza. III ¡Mamá!... ¡Mamá!.... Corrí desesperado para estar junto a ti, llegue empapado de inquietud, que se convirtió en alegría y esperanza cuando tus ojos brillaron para mí. ¡Te quiero! dijeron tus hijas; te abrazaron, te besaron. tú mirada resplandeciente, tú mano diciendo adiós, el sueño que adormece tus sentidos. El tiempo que se quiebra, atravesando planos temporales. Imágenes proféticas irrumpen de pronto enfrentando tu destino, en una suerte de azar. El periquito amarillo, te dijo al consultar: "muchacha, vivirás sesenta años y más". Un vaho hipnótico cae como el rocío de la mañana, la muerte que llega llevándose tu alma. ¡Mamá!... ¡Mamá...! El grito de tu flor, la exclamación de tu primer retoño. ¡Mama!... ¡Mamá!... ¡Mamá...! Voces de zozobra y de dolor llenaron el espacio. Lánguidos celajes se trasmutan en lágrimas, rodando a cantaros por las mejillas. Ya duermes en la eternidad, te imagino risueña, correr al encuentro de los abuelos. El frio de la muerte fue ausente en tu despedida. El calor de tu alma fue llama ardiente, que encendió nuestras pasiones. ¡Ah! muerte piadosa. ¡Ah! muerte benévola. Bendita sea la muerte con rubores de acuarela, en silencio te llevaste nuestro tesoro de amor. Amargo es el adiós, y dulce es tu partida. IV ¡Madre!...La tarde se llena de crepúsculos en el horizonte de tu ayer. La tierra donde naciste se cubre de rojos matices. Nubes encarnadas, nubes carmesí, nubes escarlatas, bermejos de tu flor. El granate de tu Rosa, motea las nubes límpidas y blanquecinas, por donde se filtran abrillantados rayos de amor. Veo niños que ríen, caminando descalzos. Oigo Gritos de alegría ¡guayabas maduras! Caminos de tierra, cuestas y declives, arreos de burros de lento caminar. La noche en silencio camina su sombra, lóbrego horizonte sobre los cáchales, el viento que silba, sus viejas canciones, los pájaros duermen entre los guayabales. Escucho lamentos, de un rio que llora, añorando tus cantos de joven señora, "oooopee" ecos de mi abuelo. "uujuuu" le respondes tú. Enlaces profundos que guardan sus piedras, el sol que se filtra bañando de luz, tú etérea figura sobre el pozo cruz. ¡Mama!... ¡Mamá!...tú rostro es el ayer, las arrugas de la vida desaparecieron por la misericordia de Dios. Eres la compañera risueña, que nos cuidó al jugar, Eres la amiga que nos llevó a pasear, Eres la mamá que nos alimentó, Eres la madre que nos educó, Eres la mujer que nos defendió... Fuiste nuestro Robín Hood, nuestra Caperucita Roja. V ¡Mamá!... ¡Mamá!... La tierra cae sobre ti y el dolor de no verte más, se ahoga entre llantos. Te convertirás en polvo, te convertirás en estrella, lo que ayer fuiste ya nunca más será. El sol brilla con intensidad, bajo un cielo claro y despejado. El clamor de tus hijos aguijonea la tarde, con el lamento triste, queriendo detener el tiempo. ¡Mamá...nunca te olvidare! ¿Oíste? ¡Mamá!...te amo... ¡Mamá! Mamaíta.... te quiero Hasta luego mama.... ¡Bendición mama!.... ¡Mamá!...algún día estaremos contigo.... La llovizna taciturna son lágrimas, que riegan hoy tu morada final. El fin de tu jornada llego, ahora vas camino al cielo. Un regalo de Dios, te lo ganaste ayudando al prójimo, con humildad y alegría. Veo crepúsculos de dorados destellos. Venaditos que pastorean y corretean en los policrómicos estratos, añorando nostálgicos y mágicos encuentros. Caminos de tierras, montañas frondosas, niños jugando. Una oración es consagrada para ti. Los salmos se convierten en cantos de alegría, odas de oro, voces de un coro celestial. La página de tu vida es cerrada para siempre, no hay enmiendas, no hay tachaduras. Ahora ascenderás al jardín de la vida eterna, centenares de ángeles tocaran sus trompetas en señal de bienvenida. Caminas descalzas entre las plantas del campo que cultivaste en vida. Papacruz y Mamarosa lloran de gozo y alegría, juntos viviran eternamente y por siempre. ¡Mamá!... ¡Mamá...! ¡Hasta luego Mamá!... ¡Nunca te olvidaremos!..... Rosa Aurora en las alboradas luminosas. Rosa aurora en los rostros sonrosados. Rosa aurora en los Cantos religiosos al amanecer. Rosa aurora en el alba de nuestros corazones. Rosa aurora en el Brillo y resplandor de las mañanas. Estarás en los atardeceres de tu pueblo, cuando el sol de los venaditos, esboce un crepúsculo encarnado, entre nubes blancas y brillantes. ¡Mamá!... ¡Mamá...! Algún día estaremos juntos, en un mundo maravilloso, en un lugar especial....... o EN MEMORIA DE MI MADRE ROSA AURORA HIDALGO DE MALPICA 18/04/41*****01/06/2010.
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florencio
Daniel Florentino Lpez
Emociona...
Las madres no imoprta
donde esten siempre nos
acompañan: en cuerpo,
epíritu o pensamiento.
Saludos, amigo
Daniel
leticia salazar alba