LOS AMANTES MENGUANTES / DWINDLING LOVERS
Publicado en Jul 02, 2010
Cuando se vieron se percataron de que todo estaba dicho, se siguieron y entraron al primer hotel que se les atravesó, pagaron con tarjeta de crédito con voucher abierto y apenas entraron a la humilde habitación se inicio el alocado frenesí. Se investigaron con todos los sentidos, descubrieron formas inusitadas de amarse, no quedo ningún rincón sin explorarse y en la medida que pasaba el tiempo, que crecía su pasión y su desenfrenado ardor, sin darse cuenta sus cuerpos iban menguando, como desapareciendo en cada gemido de placer, en cada quejido de exquisito dolor, en cada orgasmo prolongado y sostenido, sus apariencias físicas se desdibujaban a la medida que se entregaban a la vehemencia amatoria. Al tiempo se desprendía de la habitación un olor a caramelo, a lejía, a flores silvestre, a rancio almizcle, a azahares y canela, a sudor y a sangre. La administración preocupada por tan extraños aromas decidieron invadir la privacidad de los amantes, pero descubrieron que sobre la cama yacían aún los globos oculares que todavía se emitían mutuas miradas arrebatadoras, pero ellos al poco tiempo también menguaron en su delirante enardecimiento visual.
DWINDLING LOVERS When they realized that they saw all was said, were followed and entered the first hotel went through them, paid with credit card and just open voucher entered the room humble beginning the mad frenzy. Were investigated with all the senses, they found unusual ways to love, leaving no corner unexplored and as far as time went on, growing their passion and unbridled ardor, without realizing their bodies were shrinking, and disappearing in every moan of pleasure, every moan of exquisite pain, prolonged and sustained each orgasm, their physical appearances were blurred to the extent that they were delivered to the vehemence amatory. While it appeared from the room a smell of caramel, to bleach, a wild flower, stale musk, to blossom and cinnamon, sweat and blood. The administration worried about strange smells decided to invade the privacy of the lovers, but discovered that still lay on the bed eyeballs still issued sweeping mutual glances, but they also soon subsided in his delirious visual ardor.
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